Los grandes fumadores tienen tres veces más probabilidades de sufrir un ataque.
¿Quiénes están más expuestos a un ataque cerebral?
A la hipertensión se le suele llamar «el asesino silencioso» porque rara vez advierte a sus víctimas del daño que está produciendo a sus vasos sanguíneos, daño que puede resultar fatal. Efectivamente, el 80% de la gente que sufre un ataque cerebral tiene la presión alta.
Pero los hipertensos no son los únicos vulnerables; también son buenos candidatos a un ataque cerebral los obesos, los que tienen una predisposición genética a la arteriosclerosis y ciertos enfermos de diabetes. Los grandes fumadores tienen tres veces más probabilidades de sufrir un ataque que los no fumadores. Aparentemente, las pastillas anticonceptivas aumentan el riesgo de padecer este tipo de lesiones vasculares, sobre todo en las mujeres que presentan migrañas cuando toman las pastillas. Cualquiera que haya tenido uno o más ataques leves y transitorios se encuentra en serio peligro; cuatro de cada cinco personas en estas condiciones probablemente sufrirán un ataque cerebral grave en el transcurso de los cinco años siguientes a menos que tomen medidas para prevenirlo. En algunos casos se prescriben medicamentos que relajan la musculatura lisa o que reducen las probabilidades de que se formen trombos. También conviene controlar la presión alta y el endurecimiento de las arterias. Como algunas veces se ha encontrado una relación entre la tensión emocional y los ataques cerebrales, una buena medida preventiva es aprender a lidiar con las presiones de la vida.
¿Pueden volver a la vida normal los que han sufrido un ataque cerebral?
La popular actriz de cine Patricia Neal y el famoso científico Louis Pasteur tienen algo en común: los dos sufrieron ataques cerebrales muy severos, los dos hicieron esfuerzos heroicos para superar la invalidez y los dos volvieron a sus respectivas carreras, lo que demostró una enorme capacidad. Pasteur quedó parcialmente paralizado, pero Patricia Neal se recuperó casi completamente.
Hace años, poco se podía hacer por las víctimas de un ataque cerebral, pero ahora la rehabilitación comienza en seguida, a veces el mismo día en que se presenta el ataque. Por eso, aproximadamente el 30% de los pacientes se recuperan totalmente, 15% quedan realmente incapacitados y el 55% restante conservan algunas deficiencias pero en su mayoría llevan una vida satisfactoria. Los especialistas que trabajan con este tipo de pacientes afirman que la recuperación no solo depende de la gravedad del daño original y de la pericia de los expertos en rehabilitación, sino también de la determinación del enfermo para superar sus deficiencias.