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Animales que se adaptaron al hombre

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Algunos animales encuentran mejores posilidades de supervivencia compartiendo la morada con el hombre.

Lagartijas  en casa

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Una especie de lagartija pequeña, llamada «geco», trepa por las paredes de una casa en las islas Canarias. Esta es una escena común en muchos países cálidos, aunque el geco es una especie que pudo haberse originado en otra parte del mundo. El geco común de las islas Canarias proviene de los montes rocosos del norte de África, y una de las especies que viven en América del Sur fue vista por primera vez en el mar Rojo y las costas del Mediterráneo.

¿Qué llevó al geco a cambiar su pacífico entorno natural por la morada del hombre? Sin duda, fue la gran cantidad de insectos (orugas, hormigas, moscas, escarabajos y mosquitos) que se encuentran cerca y dentro de estos lugares. Los materiales de construcción, como el cemento y el ladrillo, constituyen un cómodo sitio de descanso, al igual que un buen terreno para la cacería cuando hay mucha comida disponible. Algunos gecos tienen, en los dedos, pequeñas células en forma de gancho que son estimuladas al menor contacto con alguna irregularidad de la pared, lo que permite al animal ponerse boca abajo para echar un vistazo en busca de alimento. Una vez que detecta algún insecto, corre hacia él para atraparlo. Durante la noche, el geco común permanece cerca de los focos para sacar provecho de la gran cantidad de insectos que son atraídos y, en consecuencia, confundidos por la luz artificial.

El geco común, por lo general, es bien recibido por el hombre. Incluso el ruidoso geco asiático denominado «tocay», que se mantiene en contacto con otros de su especie por medio de un fuerte sonido, es tolerado en las casas debido a que representa una buena opción como depredador de insectos.

Insectos con reflejos muy rápidos

La cucaracha, que está provista de un caparazón duro y brillante, y además posee un aparato bucal bien adaptado para masticar, es uno de los procesadores de basura más eficientes de la naturaleza. Durante más de 300 millones de años, la cucaracha ha vivido comiendo materia orgánica viva y muerta, sin sufrir grandes cambios en su estructura. Al igual que el ratón doméstico, no tardó mucho tiempo en descubrir que en la casa de los humanos hay un suministro permanente de comida.

Las cucarachas han establecido su residencia en la casa del hombre y han viajado en su compañía por todo el mundo ya sea en barco, avión, automóvil, bestia de carga, tren y otros, haciendo buen uso de su aplanado cuerpo para arrastrarse entre las grietas y por el suelo. Donde vive el hombre hay comida y calor, y esto brinda a la cucaracha las condiciones ideales para sobrevivir. Este insecto tiene otras ventajas que contribuyen a su gran éxito como animal doméstico: come casi cualquier cosa, incluidos el papel y la cubierta de los libros. Sus reflejos la hacen casi imposible de atrapar. La cucaracha vive mucho tiempo y es muy prolífica (una cucaracha americana hembra vive hasta cuatro años y pone más de 1.000 huevos, equivalentes a otras tantas crías, durante toda su vida).

Aunque las cucarachas no tienen una visión muy aguda, su asombrosa sensibilidad a los cambios de luz y de las ondas sonoras las hace huir de la luz a gran velocidad para ponerse a salvo del morador de su refugio. También están alertas a la más ligera vibración del suelo: pueden detectar un movimiento menor a una millonésima de milímetro (bastante menor que el grosor de un cabello).

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