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Análisis del cerebro

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Muchas funciones del cerebro se determinaron sin observarlo directamente.

 

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¿Cómo pueden saber los científicos la función de cada parte del cerebro?

Casi todo el mundo sabe que las distintas partes del cerebro están especializadas en diferentes funciones, pero ¿cómo se ha determinado esto si no hay forma de observar directamente el trabajo del cerebro? A través de los años, los científicos han encontrado métodos cada vez más precisos para explorar la «geografía» cerebral y han logrado elaborar mapas muy detallados.

Uno de los primeros métodos que se utilizaron fue la autopsia de personas que habían sufrido parálisis, dificultades del lenguaje y otros problemas neurológicos a consecuencia de trombosis, traumatismos encefálicos o lesiones congénitas. Cuando la autopsia revelaba un tumor o cualquier otra anomalía en una parte del cerebro, era de suponer que esa zona tenía a su cargo la función alterada. Así es como se localizaron el área de Broca y la de Wernicke, dos zonas cerebrales que controlan diferentes aspectos del lenguaje.

Otra fuente de información ha sido el estudio de pacientes a los que se les ha tenido que cortar el cuerpo calloso, un haz formado por unos 50 millones de fibras nerviosas que conecta las dos mitades del cerebro (esta operación se hace muy raras veces para ayudar a epilépticos resistentes a cualquier tratamiento). Observando cómo se comportan las personas con el cerebro dicotomizado ante una serie de pruebas de laboratorio, los investigadores han determinado cuáles son las características diferenciales del hemisferio derecho y del izquierdo. Se pueden criticar estos métodos de cartografía cerebral aduciendo que las personas estudiadas no eran normales y que quizá lo que se aprendió respecto a sus cerebros no puede aplicarse al común de la gente. Ahora se emplea un tipo especial de tomografía para estudiar en vivo el cerebro de personas normales. Esta técnica permite medir el flujo sanguíneo cerebral y traducir esos valores en imágenes que se proyectan en una pantalla. Cuando la persona examinada habla, mueve una mano, canta o realiza otras actividades, el flujo de sangre a la zona del cerebro involucrada en esas funciones aumenta y se ilumina en la pantalla la imagen correspondiente.

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