Inicio Selecciones Sabías que Albert Einstein y su carta a Roosevelt

Albert Einstein y su carta a Roosevelt

1175
0

Einstein firmó una «carta de conciencia» dirigida al presidente Roosevelt.

 

Publicidad

Albert Einstein y su carta a Roosevelt

 

 

El 2 de agosto de 1959 el físico Albert Einstein firmó lo que él mismo denominó una «carta de conciencia», dirigida al presidente de Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt. Alarmado por la hegemonía de la Alemania nazi -y temeroso de que Hitler pudiera poseer en breve la bomba atómica-, Einstein abjuró de su eterno pacifismo.

 

«Parece que algunos aspectos de la situación (que se está presentando) requieren vigilancia y, de ser necesario, una acción rápida por parte del gobierno«, escribió junto con un grupo de científicos. «En el curso de los últimos cuatro meses ha llegado a ser posible producir una reacción nuclear en cadena en una gran masa de uranio, en la que se generaría gran cantidad de energía y de nuevos elementos similares al radio.»

 

Advirtió que los alemanes podían producir estas bombas nuevas, sumamente poderosas. «Una sola bomba de este tipo, transportada por mar y detonada en un puerto, bien podría destruirlo todo, junto con parte del territorio circundante», afirmó. Al recibir la carta, Roosevelt de inmediato estableció el Comité Asesor sobre Uranio. Pero la decisión de hacer la bomba atómica no se tomó hasta diciembre de 1941, poco después de que Japón atacó la base naval estadounidense de Pearl Harbor, en Hawai, lo cual arrastró a los Estados Unidos a la Segunda Guerra Mundial. Einstein no desempeñó papel alguno en la elaboración de la bomba atómica, que fue probada con éxito en julio de 1945. Al mes siguiente se lanzaron, con efecto devastador, sendas bombas sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, lo que aceleró la rendición japonesa. Pero cuando Einstein se enteró de tanta muerte y destrucción, exclamó desesperado: «¡Oh, Dios!»

 

En 1905, cuando tenía 26 años, Einstein publicó la ecuación aparentemente sencilla E = me2(donde E es la energía, m es la masa y c es la velocidad de la luz), la cual demostraba que una masa pequeña puede convertirse en una enorme cantidad de energía. Entre otras cosas, esto permitió inventar la bomba atómica, hecho que durante las dos últimas décadas de su vida le causó grandes remordimientos de conciencia.

 

Einstein nació en la ciudad industrial de Ulm, Alemania, el 14 de marzo de 1879. Al año siguiente su familia se mudó a Munich, donde su padre y un tío suyo instalaron un pequeño taller mecánico y eléctrico. El interés de Einstein por el mundo físico apareció cuando tenía unos cuatro años y estaba enfermo en cama. Su padre le regaló una brújula, y el niño quedó fascinado por el hecho de que, por más que volteara el aparato, la aguja siempre apuntaba al norte. Tenía seis años cuando su madre lo inició en la música y después llegó a ser un entusiasta violinista, con predilección por Mozart. Destacó en matemáticas y a los 11 años tomaba lecciones universitarias de física. También estudió latín, griego y francés, pero tuvo problemas con esta última lengua, lo que después originó el mito de que fue perezoso en la escuela.

 

En 1895, cuando tenía 16 años, su deficiente francés le impidió ingresar en el prestigiado Instituto Técnico Federal de Zurich. Pero como la edad normal para entrar en él era de 18 años, se le aconsejó estudiar en otra parte y solicitar de nuevo su ingreso un año después. Habiendo obtenido un diploma general, se le concedió pase automático al Instituto y dedicó los cuatro años siguientes a las matemáticas y la física.

Artículo anteriorEl arte de la iluminación
Artículo siguienteLagos y lagunas