Si el 2020 le parece un año extraño, debería conocer lo que sucedió a finales de 1907.
Hasta mediados de los años 80’ del siglo pasado, era habitual que la frugalidad y -su hijo- el ahorro fueran virtudes ampliamente celebradas. En una mini sección que no se mantuvo en el tiempo (“Cápsulas de nuestra época”) se narra una anécdota cuyo centro es la celebración, humorística, de estas virtudes.
Cápsula de nuestra época
Noviembre, 1964
Los clientes del Banco Industrial Turner de Durango (Colorado) recibieron este año calendarios de 1908 con la fotografía de una inocente beldad titulada “La dulce Genoveva”. El banco mandó a hacer el almanaque de 1907, pero la entrega se demoró porque una manada de bisontes, que se atravesó en la vía, hizo descarrilar el tren en que venía. Más tarde el caballo del empleado del banco se desbocó asustado por un automóvil y huyó con los calendarios que no aparecieron hasta ya entrada la primavera.
Al comprobarse que los años 1908 y 1964 correspondían día por día, la gerencia del banco, con agudo espíritu de ahorro, ordenó que los calendarios se guardaran en caja fuerte, en un paquete que dijera: “No se debe de abrir hasta noviembre de 1963”.
Por eso, en 1964, aquellos calendarios prestan servicio a los clientes del banco.
-Herald, de Durango-Cortez (Colorado)
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