Mantener una postura erguida aumenta el bienestar, la autoestima y previene dolores y molestias. Intente hacer estos ejercicios frente a un espejo.
Pies
Párese con los pies separados y bien apoyados. Muévase hacia adelante y hacia atrás y de lado a lado para centrar el cuerpo y apoye el peso en el tercio anterior del pie, no en los talones.
Rodillas
Párese con las rodillas relajadas, no trabadas y con el peso de su cuerpo sobre sus pies.
Pelvis
Gire la pelvis hacia un lado y luego, hacia el otro para relajar las tensiones en la parte baja de la espalda.
Hombros
Lleve los hombros a la altura de las orejas, cuente –1, 2, 3– y déjelos caer. Repita. Lleve los hombros hacia abajo y relájelos. Cuando tenga las manos a sus costados, vea si los hombros están a nivel. De no ser así, hay trabajo que hacer.
Cuello
Lleve la cabeza suavemente hacia un costado; luego, hacia el otro. Hágalo dos veces. Extienda su cuello de manera que la cabeza se balancee libremente, sin sacar la barbilla hacia adelante, ni tampoco meterla hacia adentro.
Mantenerse erguido
Imagine que hay una cuerda invisible que une su cabeza con el cielorraso. Imagínese como quedaría de manera que pueda pararse derecho pero relajado, sin forzar. Disfrute la sensación. Practique a diario.