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Gaseosas y refrescos: ¿afectan nuestra salud?

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Beber una gaseosa cada tanto no causa problemas, pero consumirlas habitualmente aporta calorías vacías que pueden contribuir a los problemas de peso. 

 

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Las gaseosas consisten en agua carbonatada mezclada con azúcar o con edulcorante artificial, con el agregado de saborizantes naturales o artificiales y colorantes. Muchas también contienen cafeína. Aparte del estímulo de energía que otorgan la cafeína y el azúcar, las gaseosas tienen muy poco o ningún valor nutricional. Una lata de 200 ml de gaseosa tiene unas 86 kcal; una light, edulcorada artificialmente, tiene menos de 1 kcal, aunque quizá contenga cafeína y el ácido puede dañar los dientes.

Beneficios

  • Las bebidas con gas brindan un rápido aumento de energía por las calorías o la cafeína que contienen.

Desventajas

  • Muchas contienen gran cantidad de azúcar y de ácidos que contribuyen a aumentar de peso y a formar caries.
  • El alto contenido de fósforo puede interferir con la absorción de calcio.
  • La cafeína puede causar problemas de salud en los adultos o problemas de conducta y desarrollo en los niños.

Consecuencias para la salud:

Beber una gaseosa cada tanto no causa problemas, pero consumirlas habitualmente aporta calorías vacías que pueden contribuir a los problemas de peso. Además, estas bebidas son perjudiciales para los dientes. Contienen azúcar que favorece la proliferación de las bacterias que causan caries, y ácidos que pueden desgastar el esmalte dental. Asimismo, las gaseosas contienen gran cantidad de fosfatos, que puede dificultar la absorción del calcio. Un problema aún mayor es que redundan en una disminución en la ingesta de calcio, porque desplazan de la alimentación a la leche. Los niños y los jóvenes que consumen gaseosas en lugar de leche dejan de ingerir el calcio que es fundamental para el desarrollo de los huesos. Un niño de 27 kgde peso que bebe 375 ml de gaseosa (con 50 mg de cafeína) consume la misma proporción de cafeína que un hombre de 80 kgde peso obtendría con varias tazas de café. Si un niño está inquieto, o duerme poco, puede deberse al efecto de un exceso de gaseosas. En los adultos, la cafeína excesiva puede elevar la presión sanguínea y causar irregularidades en el ritmo cardíaco. Las personas sensibles a la cafeína deberían optar por las bebidas descafeinadas. Sin embargo, cuando una persona no puede ingerir otros alimentos y líquidos, las gaseosas pueden proporcionar energía durante una enfermedad. No te dejes engañar por las bebidas saborizadas con frutas. Las etiquetas informan que las bebidas frutales no carbonatadas suelen contener menos del 10 por ciento de jugo de frutas, pero tienen gran cantidad de endulzantes y colorantes. Las gaseosas no tienen por qué ser nocivas si se consumen de forma ocasional. El peligro está en beberlas regularmente en grandes cantidades, ya que pueden saciar el hambre y ocupar el lugar de los nutrientes esenciales de la alimentación. Los niños que se llenan con bebidas azucaradas durante las comidas o poco antes de comer, pierden el apetito y dejan de consumir alimentos más saludables y nutritivos.

El vínculo entre las gaseosas y las comidas rápidas:

Uno de los motivos por los que las gaseosas se vinculan a la obesidad podría ser que suelen consumirse con comidas rápidas que tienen una gran proporción de grasas. El azúcar presente en las gaseosas activa la producción de insulina del páncreas, pero, además, la insulina le ordena al cuerpo que almacene la grasa. Entonces, cuando el páncreas empieza a sentir los efectos del refresco, llegan la hamburguesa y las papas fritas, y como el organismo tiene más insulina que la que necesita para esa comida, almacena las grasas en lugar de quemarlas.

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