Las emociones le pueden ayudar, solo sí, usted puede controlarlas.
La ansiedad, el estrés y la preocupación es lo que muchas veces sentimos ante una circunstancia que percibimos como amenaza. Pero, ¿Cómo puede ayudarle la preocupación?
1 Lo protege. “Si el peligro potencial no le inquieta, no tendrá cuidado”, explica Buhr. Esa inquietante vocecita bien puede ser la razón de que se ponga el cinturón de seguridad o de que se asegure de haber apagado la estufa. Lo mantiene a salvo.
2 Lo motiva. Ya sea que tenga que dar un discurso o hacer una reparación, considerar lo que podría salir mal puede motivarlo a tomar previsiones. “Gracias a esa leve aflicción podrá identificar lo importante y prepararse para ello”, dice Buhr.
3 Incrementa la capacidad para resolver problemas. Como parte de un estudio publicado en 2006 por la revista Anxiety, Stress & Coping, los científicos rastrearon las inquietudes de un grupo de estudiantes universitarios y descubrieron que, a menudo, los participantes sorteaban contratiempos mientras se sentían agobiados. Podemos concluir que, aunque sea una sensación desagradable, la preocupación resulta productiva.