Presente en alimentos ricos en proteínas, este nutriente cumple un papel fundamental en el desarrollo de los chicos.
El zinc es un nutriente imprescindible para el correcto desarrollo intelectual, sexual y cognitivo de los niños y los adolescentes, además de ser necesario para el correcto funcionamiento del sistema inmune y los sentidos del gusto y olfato.
Un estudio de la Sociedad Estadounidense de Ciencias Nutricionales demostró que el zinc es indispensable para el cerebro de los niños. En el mismo se dividió a los individuos en tres grupos: el primer grupo recibió 120 cc de jugo de naranja adicionado con 20 mg de zinc diarios; el segundo, el mismo jugo pero con 10 mg de zinc; mientras que el tercero bebió el jugo sin el agregado de este nutriente.
Tanto al principio como al final del estudio se sometió a los tres grupos a diversas pruebas para medir las habilidades motoras y mentales como atención, memoria, resolución de problemas y la coordinación mano ojo. Aquellos niños que consumieron los 20 mg de zinc diarios mostraron un aumento significativo en los puntajes de las pruebas de atención, memoria visual y reconocimiento de palabras, mientras que los que recibieron los 10 mg y los que recibieron el jugo de naranja sin agregados no mostraron cambios relevantes.
El zinc se encuentra principalmente en los alimentos ricos en proteínas como las carnes de vaca, cerdo y pollo y, en menor medida, el pescado. Otras fuentes son las frutas secas, las legumbres y los cereales integrales.