El sabor y el bajo contenido calórico de las variedades dulces hacen que las cerezas sean ideales como colación o postre. Las ácidas son más nutritivas que las dulces y se usan para hacer mermelada o en conserva.
BENEFICIOS
- Son una colación o postre de bajas calorías.
- Tienen mucha pectina, una fibra soluble que puede bajar el colesterol.
- Buena fuente de potasio.
- Ayudan a prevenir la gota y reducen el dolor de la artritis.
DESVENTAJAS
- Pueden provocar reacciones alérgicas en personas sensibles.
- Se pudren rápidamente.
Hay aproximadamente 38 kcal en 80 g de cerezas, así como vitamina C y potasio. Son una buena fuente de pectina, una fibra soluble que ayuda a controlar el colesterol. También son una excelente fuente de quercetina, un flavonoide con propiedades anticancerígenos y antioxidantes. Se valoran en la medicina naturista por sus propiedades de limpieza: se cree que la fruta remueve toxinas y líquidos, además de limpiar los riñones. Su suave efecto laxante puede ayudar a aliviar la constipación. Una sustancia de las cerezas llamada “cianidina” tiene propiedades antiinflamatorias y ayuda a reducir el dolor de la gota, además de aliviar los síntomas de la artritis. En teoría, 20 cerezas tienen el mismo efecto que una aspirina. Un estudio reciente demostró que comer 45 cerezas rojas por día durante un mes reduce la inflamación ligada con la artritis, las cardiopatías y el cáncer. Los alérgicos a los damascos y otros miembros de la familia de las ciruelas también pueden sufrir una reacción a las cerezas, como una erupción o una sensación de escozor alrededor o dentro de la boca. Algunos estudios también vinculan la quercetina a una disminución del riesgo de enfermedad coronaria, además de sus otras funciones.
El dato: Cuando compres cerezas frescas, debés buscar las redondas, firmes y con tallos verdes. Tanto las dulces como las ácidas se descomponen rápido. Las cerezas importadas no suelen ser tan sabrosas como las locales, que se recogen y comercializan en su mejor momento.