Para algunos es perjudicial, para otros benéfica. Aquí, el veredicto.
LO QUE SIEMPRE HA OÍDO
Ingerimos demasiada sal. No solo las papas fritas contienen mucha, sino también alimentos básicos como el pan. La persona media ingiere unos 3,4 gramos de sodio al día, cantidad muy superior al límite máximo de 2,3 gramos recomendado por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, o los 1,5 gramo diario que recomienda la Asociación Estadounidense de Cardiología.
El exceso de sal puede elevar la presión arterial, un importante factor de riesgo de enfermedades cardiacas. Las autoridades de salud calculan que reducir la ingestión de sodio podría evitar cientos de miles de muertes cada año.
LO QUE HOY SE ANUNCIA
Es hora de ajustar las clavijas. El gobierno argentino y representantes de la industria alimenticia firmaron en octubre un acuerdo por el cual los alimentos procesados contendrán entre un 5 y un 18 por ciento menos de sodio. Además, por ley, los restaurantes de la provincia de Buenos Aires no podrán tener saleros en las mesas de sus locales.
SIN EMBARGO, ESPERE…
Los beneficios de reducir la ingestión de sal no están comprobados del todo. Por lo menos 13 estudios han intentado sacar conclusiones respecto a qué les ocurre a las personas que deciden comer alimentos salados o no tan salados, y los resultados han apuntado en todas las direcciones concebibles, señaló el doctor Michael Alderman en un editorial del Journal of the American Medical Association.
Algunos estudios indican que reducir el consumo de sal protege el corazón; otros, que una reducción excesiva más bien podría aumentar el riesgo de males cardíacos. Lo que hace falta, dice Alderman, es una investigación controlada con grupos al azar en la que las personas lleven dietas distintas y se les vigile durante años. Es la única manera de obtener una respuesta confiable, pero un estudio así nunca se ha hecho.
ENTONCES, ¿QUÉ DEBE HACER?
Coma más frutas y verduras, y menos alimentos procesados. Estas medidas mejorarán su dieta de diversas formas y reducirán su ingesta diaria de sodio. Si padece presión arterial alta, ayudará a su médico a controlarla tomando los fármacos prescritos y haciendo cambios en su estilo de vida. ¿Y si su presión arterial es normal? Algunos médicos protestarán, pero en este momento no existe ninguna razón convincente para que se ponga a contar cada grano de sal.