La mostaza contiene compuestos químicos con un historial en curaciones. Tome nota de esta curiosa información sobre el grano que es más que un aderezo.
Sus diminutas semillas constituyen uno de los condimentos más conocidos de todos los tiempos. Pero la mostaza hace mucho más que avivar las papilas gustativas. Desde siempre, los sanadores saben que la picantez de la mostaza aligera la mucosidad y hace más fácil respirar cuando se tiene un resfrío o gripe.
Algunos usos que se le ha dado a lo largo del tiempo:
Antiguamente, la mostaza era un remedio universal. El médico griego Dioscórides contaba con la mostaza para tratar desde la epilepsia hasta la amigdalitis. Los romanos masticaban las semillas para calmar el dolor de muelas y usaban ungüentos de mostaza para las picaduras de insectos. Pero el uso más famoso es la cataplasma de mostaza, que se remonta a la época de Hipócrates, el padre de la medicina, y era usado como tratamiento para problemas pulmonares y reumatismo.
El poder de las semillas:
- Los herbolarios dicen que la mostaza es rubefaciente (causa enrojecimiento), es decir, que estimula la circulación y genera un calor que calma cuando se la aplica sobre la piel. Como el ají picante, también privaría a las células nerviosas de la sustancia P, que transmite las señales de dolor al cerebro.
- Remojar los pies en agua caliente con un poco de mostaza en polvo es un poderoso remedio multifunción: puede aliviar la congestión nasal, ayudar a bajar la fiebre y calmar un dolor de muelas, porque hace que la sangre vaya hacia los pies. Eso alivia la presión en los vasos sanguíneos de la cabeza, ayuda a dispersar la congestión y aumenta la circulación.
- Un remedio tradicional para la congestión consiste en aplicar una cataplasma de mostaza, preparada con semillas de mostaza trituradas y mezcladas con harina de trigo o maíz y un poco de agua. El aroma destapa la nariz y el calor aumenta la circulación sanguínea en el pecho y hace más fácil respirar. No hay que dejar el emplasto más de 15 minutos para que no queme la piel. Antes de colocar la mostaza se puede aplicar una capa de vaselina para proteger la piel. Asegúrese de lavarse bien las manos después de manipular la cataplasma de mostaza y antes de tocarse los ojos, la nariz o la boca.
Precauciones:
Tenga cuidado si piensa comer semillas de mostaza. Tienen un efecto laxante y pueden provocar el vómito si se ingieren en demasía. Otras advertencias: las cataplasmas de mostaza pueden producir quemaduras y ampollas en la piel sensible al cabo de tan sólo 15 minutos. El uso externo prolongado puede tener como consecuencia daños en la piel y neurológicos, por lo que no debe usarse durante más de dos semanas. Los vapores de mostaza pueden irritar los ojos, la nariz y los pulmones. No dé semillas de mostaza ni su aceite a niños menores de seis años o a personas con problemas renales.
La mejor variedad para comprar:
Se consiguen tres tipos de semillas de mostaza: las de plantas de mostaza negra, blanca o parda. Las de mostaza negra tienen el sabor más pronunciado. Las de mostaza blanca en realidad son amarillas, y se utilizan para preparar la mostaza americana y la mostaza amarilla en polvo. Las semillas pardas son las que se emplean para elaborar mostaza de Dijón y otras variedades oscuras. Para preparar los remedios de este artículo, compre semillas de mostaza blanca y tritúrelas en un molinillo de café, o bien compre mostaza en polvo.