La respuesta no está en una pastilla. Existen formas más eficaces y baratas de dar un empujón a su cerebro.
Aviso a todos los consumidores que desean mantener su salud cerebral: ignorar las falsas promesas de los complementos contra la demencia y adoptar hábitos reconocidos desde siempre para la salud mental y física les podría ahorrar dinero al año.
¿Cuántos de estos supuestos revitalizantes cerebrales ya ha probado: ginkgo biloba, coenzima Q10, huperzina A, ácido caprílico y aceite de coco, calcio de coral, entre otros? Según la Asociación Americana del Alzheimer, con la posible salvedad de los ácidos grasos omega 3, ninguno de los remedios sometidos a pruebas serias ha arrojado resultados satisfactorios.
Aunque la idea de mantener la agudeza mental con unas pastillas al día resulta irresistible, solo sirve para autoengañarnos y tirar a la basura nuestro dinero. “Ningún complemento alimenticio conocido previene el deterioro cognitivo o la demencia”, afirmó la doctora Joanna Hellmuth en la revista de la Asociación Americana de Medicina, JAMA, en enero de 2019.
Hellmuth, neuróloga del Centro para el Estudio de la Memoria y el Envejecimiento en la Universidad de California, en Estados Unidos, recuerda a los consumidores que los fabricantes de complementos no están obligados a comprobar la eficacia ni inocuidad de sus productos. La publicidad de la mayoría se basa en testimonios que despiertan el interés de quienes temen desarrollar demencia.
“El panorama es confuso”, señaló Hellmuth en una entrevista. “Muchos pacientes y sus familias se topan con osados anuncios de diario, páginas web y programas de televisión nocturnos que anuncian productos capaces de mejorar la memoria”.
En los Estados Unidos, según la ley de 1994 en materia de salud e información sobre complementos alimenticios, está permitido hacer ese tipo de declaraciones siempre y cuando no se afirme que el producto previene, trata o cura la demencia o el Alzheimer. Sin embargo, en muchas ocasiones la gente interioriza la idea incorrecta de que cualquier cosa con la supuesta propiedad de fortalecer la memoria protege contra la demencia.
Algunas empresas intentan propagar sus mensajes aprovechando algún punto ciego de los vigías del gobierno. Y aunque esto suele descubrirse tarde o temprano, las autoridades no siempre llegan a tiempo para impedir que los incautos consumidores gasten su dinero en complementos inútiles, caros y tal vez hasta peligrosos.
En febrero del año pasado, la Agencia Americana del Medicamento (FDA, por sus siglas en inglés) emitió cinco alertas sanitarias por publicidad engañosa y 12 avisos de prevención dirigidos a empresas que, según el organismo, estaban comercializando de modo ilícito más de 158 complementos alimenticios supuestamente diseñados para prevenir, tratar o curar el Alzheimer u otros problemas graves.
Sobra decir que los complementos constituyen solo una pieza en el negocio del fortalecimiento de la memoria. Existen miles de videos, juegos, acertijos y programas a la venta.
Algunos son útiles hasta cierto punto. Según un informe publicado en la revista Jama Neurology por investigadores de la Clínica Mayo de Scottsdale, en Estados Unidos, las personas mayores que estimulan la mente con juegos, manualidades y actividades en la computadora tienen menos riesgo de desarrollar deterioro cognitivo ligero, precursor de la demencia.
Los expertos encabezados por el doctor Yonas E. Geda, psiquiatra y neurólogo conductual de la Clínica Mayo, siguieron durante cuatro años, a casi 2.000 personas de 70 años o más con funcionamiento cognitivo normal. Tras ajustar los resultados por sexo, edad y nivel educativo, concluyeron que el uso de la computadora, las manualidades y la participación en juegos habían disminuido el riesgo de sufrir deterioro cognitivo en un 30, 28 y 22 por ciento, respectivamente.
Según Geda, los pacientes que invirtieron tiempo en esas actividades al menos una o dos veces por semana experimentaron menor deterioro cognitivo que quienes lo hicieron tres veces al mes, como mucho.
El hecho de que los participantes interactúen con otros también resulta útil: se ha demostrado, una y otra vez, que la convivencia social es beneficiosa para la salud y la longevidad.
En general, los llamados juegos de destreza mental fortalecen las habilidades necesarias para destacar en esa situación específica y no siempre ayudan a mejorar en otras áreas.
¿Qué ayuda de verdad a fortalecer la salud cerebral al envejecer?
Empiece por consumir alimentos buenos para la salud del corazón: la dieta mediterránea, rica en frutas y verduras frescas, cereales integrales, legumbres, frutos secos, pescados, lácteos bajos en grasa y aceite de oliva es buena opción. Durante un importante estudio, los mayores que adoptaron esta dieta y limitaron su consumo de sal tuvieron un riesgo un 35 por ciento menor de sufrir deterioro cognitivo con los años. Además, el seguimiento estricto de la dieta redujo esa probabilidad en más de un 50 por ciento.
Evite o disminuya al máximo el consumo de alimentos con efectos negativos en el cerebro, como las carnes rojas y las procesadas, el queso, la manteca, los alimentos fritos, los postres, el azúcar y los carbohidratos refinados, como el arroz y el pan blancos. También lo ayudará a reducir el riesgo de hipertensión y diabetes 2, que pueden favorecer el deterioro cognitivo.
En un estudio chino con 17.700 personas mayores sin demencia, los participantes habituados a consumir al menos tres raciones de verduras y dos de fruta al días presentaron un riesgo mucho menor de desarrollar demencia en los siguientes seis años.
Según otro estudio chino llevado a cabo antes con 15.589 participantes de 65 años o más, la práctica diaria de actividad aeróbica y ejercicios para el cuerpo y la mente reduce el riesgo de desarrollar demencia mucho más que las rutinas de estiramiento y tonificación. Y según un estudio sueco de 2019, que siguió a 800 mujeres de mediana edad durante 44 años, la actividad física podría disminuir el riesgo de demencia en un 56 por ciento.
Finalmente, no escatime en horas de sueño, dan al cerebro la oportunidad de consolidar nuevos recuerdos. Los expertos sugieren dormir de siete a ocho horas por noche.