En una maceta puede caber la cura a numerosas dolencias: el aloe vera, planta multifacética y ancestral.
El aloe vera es uno de los remedios naturales más versátiles, pero no se debe guardar en la despensa. En lugar de eso, es preferible cultivar esta planta suculenta y espinosa en el balcón o en macetas, porque sus hojas carnosas contienen una sustancia gelatinosa que los sanadores consideran el botiquín de primeros auxilios de la madre Naturaleza. Esta planta, de la misma familia que los lirios, prospera más cuando menos se la cuida, y es tan resistente que durante años podrá cosechar su magia para cicatrizar heridas, humectar la piel y curar úlceras.
Un poco de historia del aloe
El aloe (Aloe vera y Aloe barbadensis) se viene usando con fines medicinales desde hace al menos 5500 años. Los primeros usos curativos están documentados en un papiro egipcio que data de 3500 a.C. La leyenda cuenta que Aristóteles convenció a Alejandro Magno de invadir la isla de Socotra, en el Océano Índico, solo por su provisión de aloe vera, que curó las heridas de los guerreros y les permitió volver antes al campo de batalla. Se dice que, dándole un empleo muy diferente, Cleopatra y otras bellas damas notables de la historia confiaban en el aloe vera para embellecer su piel.
En los siglos XVII y XVIII las plantas de aloe migraron desde África hacia América, donde fueron rápidamente adoptadas por los sanadores del Nuevo Mundo.
¿Qué contiene el aloe vera?
Si bien el aloe vera es un 99% de agua, el gel traslúcido del interior de las hojas contiene una variedad de potentes compuestos curativos; por ejemplo, glicoproteínas y polisacáridos.
Si bien el aloe vera es un 99% de agua, el gel traslúcido del interior de las hojas contiene una variedad de potentes compuestos curativos; por ejemplo, glicoproteínas y polisacáridos.
Las glicoproteínas aceleran la curación porque calman el dolor y la inflamación. Los polisacáridos humectan la piel, estimulan su crecimiento y reparación, y facilitan la cicatrización de heridas. Más aún, el gel de aloe vera contiene una sustancia analgésica llamada bradiquininasa, que ayuda a reducir la hinchazón. Otro componente del gel de aloe, el lactato de magnesio mineral, suaviza la picazón y alivia las erupciones alérgicas.
La palabra de la ciencia
En 2009, investigadores iraníes evaluaron 40 estudios publicados sobre la efectividad del aloe vera como tratamiento para la piel. Llegaron a la conclusión de que existen pruebas científicas que respaldan el uso del aloe en el tratamiento de herpes genital, psoriasis, papilomavirus humano, dermatitis seborreica, lesiones por congelamiento y quemaduras.
Ese mismo año, otro equipo de científicos iraníes examinó la capacidad del aloe vera para curar quemaduras cutáneas de segundo grado. (Las quemaduras de segundo grado afectan la primera y también la segunda capa de la piel, causando ampollas dolorosas e inflamación.) Los investigadores estudiaron el aloe en comparación con un ungüento comprobado para quemaduras llamado sulfadiazina de plata, que previene infecciones en las quemaduras de segundo y tercer grado. Resultó que las quemaduras tratadas con aloe vera sanaron tres días antes que las que recibieron el medicamento estándar.
En Tailandia, investigadores que estudiaban tratamientos para psoriasis publicaron un estudio comparado del aloe vera con una crema convencional a base de esteroides. Ochenta personas, con psoriasis leve a moderada, fueron tratadas al azar con aloe vera o con la crema de esteroides, durante ocho semanas. Los resultados fueron aproximadamente los mismos, pero el tratamiento con aloe mostró ligeras ventajas sobre el tratamiento con esteroides.
Lo que viene
Los mismos compuestos que hacen del aloe vera un buen tratamiento para la piel intrigaron a los científicos que buscaban una solución para trastornos como colitis y úlceras. Si el aloe vera podía curar heridas externas, también podría curar lesiones internas. Al parecer, tendrían razón. Estudios de mediados de la década de 1990 indican que beber el gel de aloe vera puro ayudaría a aliviar la colitis ulcerosa, al reducir la inflamación en el tracto gastrointestinal.
En un estudio llevado a cabo en el Reino Unido, 44 personas con colitis ulcerosa recibieron unos 80 gramos de gel de aloe vera, o la misma cantidad de una imitación, dos veces al día durante un mes. De las 30 personas que tomaron aloe vera, 9 experimentaron alivio de los síntomas, en comparación con una sola persona en el grupo de 14 que recibieron el placebo. El aloe vera era un tratamiento a seguir estudiando. Investigadores coreanos probaron el aloe vera en ratas con úlcera de estómago, y observaron que ingerir aloe parecía regenerar las células del tejido. Sin embargo, lo que funciona para las ratas podría no funcionar con los seres humanos, por lo que estos resultados necesitan confirmación a través de ensayos clínicos realizados sobre personas.
Finalmente, en 2003, investigadores líderes de la Facultad de Medicina de Harvard evaluaron 109 estudios sobre suplementos para ayudar a controlar el azúcar en sangre de las personas. Llegaron a la conclusión de que los resultados de los estudios para el aloe eran promisorios, aunque preliminares. Consulte a su médico sobre el aloe vera si está tomando medicación para bajar el azúcar en sangre.
Para comprar
El mejor gel de aloe vera proviene de la planta viva. Retire un tallo grueso, córtelo a lo largo y exprima el gel directo sobre la piel. Asegúrese de que el jugo no toque la ropa, porque deja manchas. Se consiguen plantas de aloe vera en la mayoría de los viveros. Necesitan muy pocos cuidados.
¿No tiene una planta de aloe vera? No hay problema. Hallará gel de aloe vera puro en la mayoría de los comercios de dietética. Lea la etiqueta con atención para asegurarse de que el producto sea 100% gel puro de aloe, sin ingredientes adicionales.