El jengibre combate inflamaciones y calma el dolor, dos grandes razones para asegurarte de que este rizoma tenga un lugar en la alacena de tu cocina.
Que sea barato, de acción rápida, científicamente comprobado y delicioso son atributos fantásticos para un remedio casero. Y más cuando se trata de aliviar el mareo y las náuseas. El jengibre (Zingiber officinale) combate inflamaciones y calma el dolor, dos grandes razones para asegurarse de que este rizoma tenga un lugar en la alacena de su cocina.
Los investigadores han identificado más de 400 sustancias químicas en la raíz de jengibre, aunque sólo conocemos las propiedades medicinales de unas pocas. Las propiedades del jengibre como antinauseoso y antiemético probablemente se deben a los compuestos 6-gingerol, 6-shogaol y galanolactona. Se cree que actúan sobre la región del cerebro que aplaca la urgencia que provoca el vómito. También obran sobre el tracto digestivo y alivian la sensación de náusea.
Esos gingeroles, shogaoles y otros compuestos, los paradoles, son los que están detrás de las propiedades antiinflamatorias del jengibre. El antioxidante 6-gingerol inhibe la producción de óxido nítrico, formador de un radical libre llamado peroxinitrito, que causa la muerte celular. Está comprobado que eliminar este radical libre alivia la inflamación y el dolor y mejora enfermedades que afectan a los vasos sanguíneos. De hecho, los gingeroles actúan igual que los medicamentos antiinflamatorios no esteroides selectivos de COX-II; esto explica por qué se pudo comprobar clínicamente que el jengibre calma el dolor producido por la osteoartritis. A diferencia de los antiinflamatorios no esteroides, el jengibre no tiene efectos colaterales tóxicos.
Cuidados para tenerlo en huerta:
Originario de Asia tropical, el jengibre es una planta perenne rizomatosa de unos 90 cm de alto, que produce varios tallos fibrosos envainados en hojas lanceoladas alternas. Los gruesos rizomas, llamados “manos”, son color amarillo pálido cuando se extraen. Las flores amarillas, con pétalos violeta y brácteas verdes, están dispuestas en espigas cónicas. Las preceden cápsulas carnosas de tres válvulas. Los brotes y capullos del jengibre japonés o myoga (Z. mioga) son populares en la cocina japonesa, y el jengibre cassumar (Z. cassumar) se usa en el sureste de Asia.
- Ubicación: Crece mejor en una tierra fértil, húmeda, con buena filtración, y requiere temperatura cálida o subtropical.
- Propagación: Se cultiva mediante semillas o fragmentos de rizoma; cortalos de modo que cada uno tenga de 1 a 2 yemas.
- Mantenimiento: Procurá que la tierra esté siempre húmeda.
- Plagas y enfermedades: La putrefacción del rizoma es el principal problema.
- Cosecha y almacenamiento: Para consumirlo fresco, excavá los rizomas al final del verano o principios del otoño. Si pensás secarlos, hacelo unos 10 meses después de plantarlos.
Consejo: cómo guardar y conservar el jengibre
Elegí rizomas limpios, robustos y firmes; envolvelos bien en papel aluminio y guardalos en la heladera hasta por varias semanas. Para guardarlo más tiempo, podés encurtirlo, conservarlo en jerez u otro vino fuerte o cristalizarlo. Guardá el jengibre cristalizado o el jengibre en almíbar en un recipiente hermético, en un lugar fresco y seco. Durará hasta un año.