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Problemas en la piel

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Muchas veces nos encontramos con inconvenientes en la piel por los que no recurrimos a un médico, pero tampoco sabemos cómo solucionar y quizás …

Piel seca y escamada: bañate utilizando aceites para baño.

Normalmente, los aceites naturales del cuerpo segregados por las glándulas de la piel preservan su humedad. Pero los cambios estacionales, junto con las duchas diarias que mucha gente acostumbra a darse, pueden provocar la sequedad de la piel. Y los jabones que usamos nos quitan los aceites naturales, lo cual deja la piel seca, escamada e irritada. La solución rápida es no bañarse tan seguido, o al menos reducir la cantidad de jabón y no refregarse tanto. Además, en lugar de darte una ducha, tomá un baño de inmersión y agregá aceite para baño al agua. El aceite reemplazará a los aceites naturales que perdemos durante el baño. Esto será más sencillo y efectivo que intentar frotarse todo el cuerpo con lociones humectantes caras.

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(Foto: Aila Images / Shutterstock)

 

Un forúnculo en la espalda: utilizá una compresa tibia.

Los forúnculos son como granos enormes. Rojos, calientes, dolorosos y, en ocasiones, supurantes, pueden aparecer en casi cualquier lugar de la piel. Generalmente, surgen a partir de un folículo piloso. Al igual que con los granos, nunca aprietes un forúnculo porque corrés el riesgo de extender la infección a otras partes de la piel, e incluso a la sangre. No le claves un alfiler ni tampoco lo pinches. En cambio, colocale encima una compresa tibia y húmeda durante diez minutos cada vez, dos o tres veces al día. Estas compresas aliviarán la piel inflamada y quizá hagan salir el pus. Podés utilizar agua tibia, té tibio de tomillo o de manzanilla, o un saquito de té húmedo y tibio.

Si no llegás al forúnculo, permanecé en una bañadera con agua caliente el mayor tiempo posible. Otra propuesta: secalo aplicando un medicamento contra el acné que contenga peróxido de benzoilo dos veces al día. O aplicá aceite de árbol de té (Melaleuca alternifolia), que es un antiséptico natural.

 

Verrugas en las manos: usá ajo para combatirlas.

Las preparaciones comerciales para quitar las verrugas funcionan bien y, generalmente, las quitan en dos semanas. Pero hay muchos remedios caseros efectivos que también dan resultado. Por ejemplo, colocá ajo pisado directamente sobre la verruga y cubrila con un vendaje. El efecto cáustico del ajo hará que la verruga se ampolle y caiga en sólo una semana. Aplicá ajo fresco todos los días y evitá que entre en contacto con la piel sana. (Untá el área alrededor de la verruga con vaselina para protegerla). Para lograr un efecto extra, comé ajo crudo o tomá tres cápsulas de ajo al día para ayudar al sistema inmunológico a luchar contra el virus.

Otro remedio casero: cubrí la verruga con un pedacito de cinta de tela y dejala así por seis días. Cuando quites la cinta, remojá la verruga en agua durante unos minutos y luego usá una lima de esmeril descartable o una piedra pómez para limar la piel muerta y gruesa. Dejá la verruga descubierta durante la noche y luego repetí todo el proceso.

Otros materiales que se utilizan con éxito para debilitar verrugas son: el vinagre, la savia de diente de león, las tabletas de vitamina C molidas, la cáscara de banana y de limón.

 

(Foto: StockSnap)
 

Astilla incrustada en la piel: usá apósitos de ácido salicílico.

Apretar o abrir la piel es una forma ineficaz de quitar una astilla profundamente incrustada. Comprá apósitos que contengan ácido salicílico o toallitas húmedas. (Se utilizan también para el cuidado de los pies). Comprá sólo una caja ya que probablemente no usarás todos los apósitos antes de la fecha de vencimiento. Los apósitos miden alrededor de 10 por 10 centímetros. Cortá con una tijera un pedacito de apósito de alrededor de 6,4 por 6,4 milímetros y colocá el lado adhesivo sobre el agujero por el que la astilla ingresó en la piel. Cubrilo con venda y dejalo durante seis horas (no más). El ácido salicílico del apósito humectará mucho la piel. A medida que el ácido haga salir los fluidos corporales por la herida, la astilla también saldrá a la superficie. Cuando pasen las seis horas, retirá el vendaje y el apósito. La punta de la astilla debería aparecer en la superficie. Retirá la astilla con una pinza limpia.

Si no conseguís los apósitos y la astilla es de madera, remojá la zona de la piel donde la astilla está incrustada en una taza de agua tibia mezclada con una cucharada grande de bicarbonato de sodio. Esto debería hacer subir la astilla y facilitará la tarea de extraerla. Remojá dos veces al día hasta que la astilla salga.

 

(Foto: Lanna Orchid / Shutterstock)
 

Grano en la cara: usá gotas para los ojos y maquillaje.

Hagas lo que hagas, no lo aprietes. Apretar un grano puede provocar una infección, aumentar la inflamación e, incluso, dejar marcas en la piel. En cambio, frotá el grano suavemente con un producto de venta libre que contenga ácido salicílico o peróxido de benzoilo.

Si el grano aparece justo antes de un compromiso social, intentá esta propuesta de dos pasos para ocultarlo. Primero, aplicá sobre el grano unas gotas de colirio. El líquido entrará en la piel, encogerá los vasos sanguíneos inflamados alrededor del grano y reducirá el enrojecimiento. Luego, aplicá maquillaje para cubrir la imperfección. Un maquillaje con un tinte verde lo ocultará muy bien ya que el verde y el rojo son colores opuestos. Si el grano es grande y doloroso, consultá a un dermatólogo, quien tratará el problema con una inyección de cortisona que lo hará desaparecer sin dejar marcas.

 

Herpes en la boca: usá hielo, aspirina y lisina.

Los herpes labiales pueden ser dolorosos, molestos y, al salir, bastante poco atractivos. Son causados por el virus del herpes simple y se contagian a través del contacto piel con piel. A veces, los herpes desaparecen y resurgen meses más tarde en el mismo lugar. Esto pasa porque el virus queda latente en las células nerviosas debajo de la piel. Existen diferentes causas, como el estrés emocional o físico, el viento frío o los rayos del sol, que parecen provocar su reaparición.

Colocá hielo directamente sobre el herpes. Esto bajará la inflamación, calmará el dolor en forma temporaria y, si lo hacés lo suficientemente pronto, evitarás que se agrande. Considerá además tomar 125 miligramos de aspirina por día durante el tiempo que tengas el herpes; algunos estudios demostraron que eso puede reducir el tiempo activo de la infección a la mitad. Si tenés a mano, la lisina es muy eficaz para curar herpes. Tomá 3.000 miligramos diarios hasta que la lesión desaparezca. También podés reducir la inflamación frotando suavemente el herpes con el aceite de una cápsula de vitamina A o C. Y si querés recurrir a una farmacia, podés usar una crema antiviral para herpes de venta libre. Aplicá la crema con un hisopo de algodón estéril en lugar de usar el dedo, para evitar infectar la zona. No uses desinfectantes a base de alcohol. Por último, tené cuidado de no tocarte los ojos luego de estar en contacto con el herpes (otra razón para evitar tocarlo por completo). El virus puede causar una infección.

 

(Foto: Image Point FR / Shutterstock)

 

Tengo un sarpullido extraño: tratalo únicamente si te pica.

Los sarpullidos en la piel pueden aflorar por varias razones y pueden ser alarmantes. En líneas generales: si duele, probablemente debas consultar al médico. Si pica, es probable que puedas tratarlo vos mismo. Hay dos cosas que ayudan a detener la picazón: esparcí sobre el sarpullido una crema de hidrocortisona contra la picazón y aplicá además compresas frías. Si hay alguna probabilidad de que la picazón en la piel se deba a una picadura de garrapata, la fuente de la enfermedad de Lyme, consultá al médico.

Los dermatólogos, como todos los médicos, están siempre ocupados. Y debido a que la mayoría de los sarpullidos, manchas y otros problemas de la piel no son emergencias con riesgo de vida, quizá debas esperar algunas semanas hasta conseguir un turno. Para ese entonces, la afección probablemente haya desaparecido, lo cual dificultará la tarea del médico de sugerir medidas para prevenir la reaparición. La solución: tomá una fotografía del sarpullido y mostrásela al médico durante la visita.

 

 (Foto: Namtip Studio / Shutterstock)

Gajes del oficio

 

  • Control del acné: a pesar de que va en contra del instinto, es mejor que no te limpies ni refriegues demasiado la cara si tenés acné. Refregarse demasiado reduce la presencia de los aceites naturales de la piel. A su vez, esto puede hacer que la piel produzca aceite en exceso, lo que puede empeorar el acné.

 

  • Hidratate las manos: en invierno, cuando la piel tiende a secarse, usá crema hidratante en las manos cuando la piel aún esté humectada. Esto ayuda a conservar la humedad de la piel. No esperes hasta que se te sequen las manos; si lo hacés, será mucho más difícil hidratar la piel.

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