La forma más simple de empezar a moverte y hacer un poco de ejercicio es caminar. Vas a descubrir que, además, es una gran oportunidad para recorrer tu ciudad y los alrededores.
Planificación
De ser posible, trazá un circuito circular que se adecue a tu estado físico. Quizá convenga evitar colinas o superficies desiguales. Una caminata de 7 a 8 km por una superficie regular puede tomarte de 1½ a 2 horas. Si caminás por zonas desconocidas, tené a bien llevar un mapa.
Calzado
Utilizá calzado para caminar que tenga buen apoyo o, de tratar con superficies húmedas o irregulares, botas livianas a prueba de agua que protejan tus tobillos de torceduras. Usá botas uno o dos tallas más grandes que tus zapatos de uso diario para poder usar medias gruesas. De ser posible, antes de comprar probá las botas en una pendiente para verificar que los dedos de los pies no choquen con la puntera. Siempre tratá de acostumbrarte al calzado antes de darle el uso pretendido.
Otro equipamiento
Elegí ropa cálida, suelta, liviana como una campera de polar, un impermeable o campera con capucha con bolsillos lo suficientemente grandes como para llevar un mapa y pantalones cómodos o cortos. Es fundamental usar un sombrero para protegerse de la lluvia, el viento y el sol.
Un pantalón liviano y a prueba de agua que vaya por sobre un pantalón corto es una buena inversión si caminás mucho.
Usá varias capas de ropa. Evitá el uso de pantalones –son pesados y difíciles de secar en caso de mojarse–. Llevá una mochila con agua y algo de comer en caso de estar afuera durante muchas horas, además de un pequeño kit de primeros auxilios, protector solar en verano, un mapa y un teléfono móvil.
Cómo caminar
Mantené la cabeza en alto y los hombros hacia atrás, pero observá el suelo para esquivar obstáculos. Empujate con la pierna de apoyo y mové los brazos para mayor vehemencia. Para caminar más rápido, no des pasos cortos y rápidos sino largos.