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Un spa en tu hogar

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Con estos consejos no vas a tener que romper el chanchito, ¡podrás relajarte en tu propia casa!

Tomamos tés, agregamos hierbas frescas a los platos para darles más sabor, ingerimos hierbas medicinales para evitar resfriados y otros males comunes. Así que usar hierbas en los productos para la piel y el cabello tiene sentido. Las hierbas, que combaten signos del envejecimiento como arrugas y puntos negros, también purifican, tonifican, humectan y exfolian la piel, fortalecen el cabello y realzan su color. Las hierbas contienen miles de sustancias bioquímicas activas y, por el principio de la sinergia, aportan varios beneficios: la piel y el cabello reconocen a dichas sustancias como biocompatibles y las absorben mejor que a los aceites minerales o a los petroquímicos.

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Elaborá tus productos

Elaborar tus propios productos herbales para el cuidado de la piel y el cabello es fácil y gratificante. Es una forma práctica de evitar la exposición a solventes, surfactantes, siliconas, fragancias artificiales y otros aditivos sintéticos potencialmente dañinos presentes en los productos convencionales.

Además, es una forma de contribuir a que el medio ambiente sea más saludable y de ahorrar algo de dinero.

Aromaterapia

Los aceites vegetales son muy versátiles y aportan múltiples beneficios a los productos para? el cuidado de la piel y del cabello hechos en casa. Ofrecen protección potencial contra diversas afecciones y fortalecen la salud dermatológica y capilar. Su reducido tamaño molecular les permite penetrar en la dermis para brindar un efecto curativo profundo. Y sus esencias maravillosas ayudan a regular las emociones.

Según cuál sea el aceite esencial, se podrá agregar propiedades antisépticas, rejuvenecedoras, tonificantes o relajantes a los hidratantes, cremas limpiadoras, aceites o lociones corporales. Los aceites previenen o curan problemas de la piel, estimulan la producción de células nuevas, fortalecen el tono muscular, estimulan la circulación de la sangre y la linfa, eliminan los desechos, controlan las inflamaciones, regulan la producción de sebo (grasa) y reducen el estrés.

Hidroterapia en casa

En casi todas las culturas, el agua se considera como la dadora de vida, y es fundamental en muchas ceremonias religiosas y espirituales, en donde se utiliza para purificar la piel y refrescar la mente.

Los aficionados a los spas pueden beneficiarse con la hidroterapia; un chapuzón en un jacuzzi caliente, seguido de un remojón en una piscina fría, o un sauna caliente y luego una ducha fría consiguen que todos los sistemas fluyan y trabajen en armonía: tu organismo funcionará con mayor eficiencia. Podés fácilmente obtener dicho efecto en tu hogar con algunos tratamientos de hidroterapia herbal.

Hidroterapia herbal

Empezá por darte un masaje en el cuerpo con un ungüento hecho en casa, como un exfoliante de naranja. Date una ducha caliente de 5 minutos, y después abrí el agua fría (lo más fría que tu cuerpo tolere) y permanecé ahí de 1 a 2 minutos. Repetí 2 o 3 veces, dependiendo del tiempo del que dispongas. Cuando salgas de la ducha y te seques, rociate todo el cuerpo con un spray de limón. Esto refrescará tu piel al instante.

 

Frotar el cuerpo

La piel es el órgano de desintoxicación más grande del cuerpo. Si dicha función se entorpece recaerá en otros órganos, sobre todo en el hígado. Para acelerar la circulación y estimular al sistema linfático a que libere toxinas, los nutricionistas y los herbolarios recomiendan frotar el cuerpo en seco con un cepillo especial para este fin o con una esponja vegetal.

Frotar o cepillar el cuerpo también tonifica los músculos, reduce la hinchazón y la celulitis, remueve las células muertas que bloquean los poros y estimulan la renovación celular, lo que brinda a la piel un brillo juvenil. Para hacerlo adecuadamente:

• Conseguí un cepillo de cerdas naturales firmes, ya que si son demasiado suaves no harán bien el trabajo. Verificá que tenga un mango largo con el que puedas llegar a todo el cuerpo.

• Cepillá el cuerpo en seco cada dos días, al despertar, antes de ducharte.

• Siempre frotá hacia el corazón, con movimientos circulares y suaves. Empezá con las plantas de los pies y subí por las piernas; continuá con las manos y los brazos. Seguí con los glúteos, la espalda y con la región alrededor del estómago. Cepillá el estómago en sentido contrario a las agujas del reloj. Salteá las áreas delicadas o aquellas donde la piel esté irritada, dañada o sea muy delgada.

• Lavá el cepillo con frecuencia en agua tibia y con un jabón suave. Enjuagalo y ponelo a secar.

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