¿Te preguntaste alguna vez cómo trabajan los ojos? Te vas a sorprender cuando descubras el enorme esfuerzo que hacen constantemente y vas a entender a …
Las personas que pasan mucho tiempo echadas en un sillo?n esta?n ma?s ocupadas de lo que se podri?a imaginar. Mientras esta?n sentadas en el sofa? leyendo una historieta, o mirando dibujos animados para estudiar el impacto de la violencia televisiva en los nin?os, esta?n ejercitando los mu?sculos que el oftalmo?logo James P. McCulley describe como los que se encuentran “entre los ma?s activos del cuerpo”.
De hecho, nuestros ojos contienen tres conjuntos de grupos musculares:
• Cada ojo tiene seis mu?sculos extraoculares adosados a la parte externa del globo ocular, que hacen girar el ojo en todas las direcciones. Estos mu?sculos deben coordinar sus movimientos para que ambos ojos miren en la misma direccio?n al mismo tiempo.
• Los mu?sculos esfi?nter y dilatador abren y cierran las pupilas, definiendo cua?nta luz puede llegar al ojo.
• Los mu?sculos ciliares se insertan en el cristalino, la lente que hay en el interior del ojo. Cuando esos mu?sculos se contraen o se relajan, modifican la forma de la lente y la hacen cambiar de foco.
Una lectura concentrada o una tarea que requiera fijar la vista exigen a esos músculos un trabajo físico lo bastante extenuante para que nuestro instructor de ejercicios aeróbicos se sienta orgulloso.
¿Por qué nos molestan los ojos cuando estamos cansados?
Por desgracia, al igual que en todos los programas aeróbicos, se aplica la máxima de que nada se gana sin esfuerzo, como explica el optometrista Steven Mintz: el ojo humano está diseñado de modo tal que, si está perfectamente formado, producirá una imagen nítida sobre la retina (en la parte posterior del ojo) de cualquier objeto distante, sin necesidad de usar ninguno de los músculos. Pero para poder ver los objetos más cercanos con claridad, tiene que entrar en acción cada grupo de músculos. Los músculos extraoculares deben hacer girar cada ojo hacia adentro; los músculos esfínter deben trabajar para que la pupila se contraiga; y los ciliares deben contraerse para que el cristalino adopte una forma que produzca una imagen más nítida. Ese esfuerzo muscular mínimo es importante en sí mismo.
Sin embargo, ningún ojo humano está formado a la perfección y esas imperfecciones aumentan el esfuerzo requerido. Por ejemplo, en las personas hipermétropes, los músculos ciliares deben hacer un esfuerzo mayor de lo normal. Muchas personas tienen un desequilibrio en los músculos extraoculares que exige más esfuerzo muscular. Casi todas las personas que se acercan a los cuarenta años o ya los cumplieron padecen un endurecimiento del cristalino que obliga a los músculos ciliares a trabajar aun más. Si se lee con mala luz (ya sea muy poca o demasiada), los músculos esfínter y dilatador tendrán que trabajar en exceso. Así como practicar cien lagartijas puede hacer que los músculos de los brazos queden doloridos, de la misma manera el esfuerzo muscular […] que acabamos de describir causará cansancio en los ojos. Además, después de varias horas de trabajo intenso, todos los músculos del cuerpo estarán más fatigados, y el nivel de tolerancia o umbral del dolor con respecto a los ojos irritados será menor que cuando uno está más descansado.
Algunos oftalmólogos sostienen que mucho del esfuerzo visual que se atribuye al cansancio, en realidad, está causado por la sequedad. El doctor Ronald Schachar, de la Asociación para el Avance de la Oftalmología, señala que cuando uno está cansado, la frecuencia del parpadeo disminuye y los ojos no se lubrican bien. El esfuerzo de fijar la vista es otra causa de la menor frecuencia del parpadeo. Los especialistas de ojos descubrieron que las personas que trabajan con computadoras también experimentan una disminución en el parpadeo; por esa razón, la mayor parte de los expertos recomiendan alejarse de la computadora al menos cada hora.
Aunque la mayoría de nosotros estaríamos más que contentos de dejar descansar los músculos después de unas cuantas flexiones, exponemos nuestros ojos a un maratón casi todos los días.
¿Qué causa las bolsas debajo de los ojos?
Vamos a enumerar las causas, en orden descendente de frecuencia:
1. Herencia: exacto. No fue esa salida nocturna la que hizo que te vieras como un mapache por la mañana. Es todo culpa de tus padres y abuelos. Algunas personas nacen con un exceso de tejido adiposo y líquido alrededor de los ojos.
2. Retención de líquidos: la piel de los párpados es la más delgada y suave de todo el cuerpo, cuatro veces más fina que la piel “media”. Los líquidos tienden a acumularse en las zonas delgadas de la piel. ¿Qué causa la retención de líquidos? Entre los culpables están algunos medicamentos, los trastornos renales o hepáticos, la ingesta de sal y, muy comúnmente, las alergias. Los cosméticos les dan más trabajo a los dermatólogos y alergistas que casi todo lo demás. Las reacciones alérgicas a la máscara de pestañas y al delineador suelen ser los responsables.
3. Envejecimiento: la piel del rostro, en particular alrededor de los ojos, se afloja con la edad, la causa más probable de bolsas que la simple falta de sueño o la fatiga.
4. Demasiadas sonrisas y ceños fruncidos: esos gestos pueden formar no sólo patas de gallo, sino también bolsas. Una explicación menos fascinante para muchas de las bolsas que se ven bajo los ojos es la que aportó al New York Times el doctor Tom Meek, de la Academia Americana de Dermatología: “Es probable que las ojeras se deban a las sombras que proyecta la iluminación desde arriba”.
¿En qué dirección se orientan nuestros ojos al dormir?
Por lo general, hacia arriba. Los músculos oculares se relajan cuando dormimos, y la tendencia natural, llamada fenómeno de Bell, es que el globo ocular gire hacia arriba con respecto a su posición habitual. Al experimentar durante el sueño movimientos rápidos de los ojos (REM, por su sigla en inglés), los ojos se mueven para arriba y para abajo.