No dejes la salud de tu corazón en manos del azar. Repasá tus conocimientos sobre los factores de riesgo y, luego, tomá medidas para evitarlos.
Trabajá con tu médico y asegurate de controlar periódicamente la presión y el colesterol. Te presentamos los once principales factores de riesgo, enumerados en orden de importancia. Si presentás uno de ellos, tu riesgo de tener un ataque cardíaco o angina de pecho aumenta.
Tomá nota:
- Cigarrillo. Fumar contribuye a estrechar los vasos sanguíneos y a la pérdida de la función pulmonar. También empeora el estado físico general. El vínculo entre el cigarrillo y las enfermedades cardíacas está sobradamente probado para ignorarlo. Si fumás, tomá medidas hoy para abandonar este hábito. Hablá con tu médico para que te ayude con parches de nicotina, pastillas de nicotina o medicación para detener la necesidad. Es asimismo fundamental conseguir el apoyo de tu familia y tus amigos.
- Presión alta. La hipertensión pone más presión en el corazón y en los vasos sanguíneos. Hablá con tu médico sobre cómo controlarla a través de cambios en tu estilo de vida, como comer más sano, consumir menos sal, beber menos alcohol y bajar de peso.
- Alto nivel de colesterol en sangre. Los niveles de colesterol total y del colesterol malo o LDL aumentan el riesgo de enfermedad cardíaca. Hacete un análisis de sangre y conversá sobre los resultados con tu médico.
- Diabetes. Tener diabetes aumenta el riesgo de enfermedad cardíaca de dos a cuatro veces. Muchos de los problemas cardíacos se superponen con los de la diabetes, como la obesidad, la hipertensión, un alto nivel de triglicéridos y problemas de circulación, de modo que su tratamiento es similar. Una consulta con el nutricionista es obligatoria para planear una dieta sustentable.
- Grupo etario mayor (más de 50 años). El avance de los años vuelve más factible la aparición de problemas cardíacos.
- Sobrepeso. Tener demasiado peso, en especial alrededor del abdomen, aumenta la posibilidad de problemas cardíacos, ya que tu corazón tiene que bombear más fuerte. Y es más probable, además, que tengas hipertensión, colesterol elevado y diabetes. Por lo tanto, apuntá a un rango de peso saludable comiendo bien y manteniéndote en forma.
- Falta de actividad. Nuestro estilo de vida sedentario y la tecnología, como las computadoras y los controles remotos, hacen que nos movamos menos. Pero la actividad física es esencial para un corazón sano. Podés aumentar el colesterol bueno o HDL, bajar la presión sanguínea y quemar calorías. Descubrí formas de estar activo: tratá de usar las escaleras en lugar de usar el ascensor y decaminar en lugar de conducir.
- Antecedentes familiares. Si un familiar ha muerto del corazón o tiene problemas cardíacos antes de los 60 años, vos tenés más riesgo de tenerlos también.
- Género. El riesgo cardíaco es mayor en los hombres que en las mujeres antes de la menopausia; después los riesgos se igualan.
- Altos niveles de triglicéridos. Al igual que sucede con el colesterol, si los triglicéridos están muy altos, hay una mayor posibilidad de enfermedades cardíacas en el futuro.
- Altos niveles de homocisteína. Un alto nivel de homocisteína en la sangre se considera ahora otro factor de riesgo. Consumir vitamina B, en especial ácido fólico y vitaminas B6 y B12, pueden reducir la homocisteína y evitar los riesgos.