Considerado durante siglos como un manjar exclusivo de primavera, este miembro comestible de la familia de las liliáceas hoy se cultiva ampliamente y está disponible en los supermercados la mayor parte del año.
Los antiguos griegos y romanos creían que poseía cualidades medicinales para curar el reumatismo y el dolor de muelas. En realidad, los espárragos brindan muchos nutrientes esenciales, como folato y potasio, fibra y un antioxidante llamado glutatión. Tiene solo 17 kcal cada 100 g.
Conviene que los mantengas siempre en la heladera porque de lo contrario pierden la mitad de la vitamina C y parte de su sabor en apenas dos o tres días. Los enlatados tienen menos gusto y grandes cantidades de sal. Algunas personas descubren que los espárragos dan un fuerte olor a la orina: esta es una reacción inocua que ocurre cuando el cuerpo metaboliza los compuestos de azufre que posee este alimento.
Beneficios
- Buena fuente de vitamina C, ácido fólico, potasio y vitamina E.
- Contiene fructooligosacáridos, una fibra prebiótica que promueve las bacterias intestinales beneficiosas.
Desventajas
- Contiene purinas que, en exceso, pueden precipitar un ataque de gota.
Qué hay en 100 g de espárragos:
19 calorías, tiamina y otras vitaminas B necesarias para el metabolismo de la energía, 40 por ciento del requerimiento diario de vitamina C, la sustancia llamada glutatión, que es uno de los antioxidantes más potentes para combatir la destrucción celular que provoca enfermedades.
Qué buscar:
Los espárragos deben tener tallos redondos y firmes con puntas verde oscuro, moradas o blancas. Los espárragos morados son más grandes y menos fibrosos que los verdes. Cocidos, tienen un sabor que evoca al de la nuez. Los espárragos blancos (que se cultivan sin que les dé la luz solar) tienen un sabor delicado, no tan fuerte como el de los verdes o los morados. Tratá de elegirlos de tamaño uniforme para facilitar la cocción.
Almacenamiento:
Los espárragos deben comerse tan pronto como sea posible después de comprarlos. Almacenados a temperatura ambiente, por ejemplo, pueden perder la mitad de su vitamina C en dos días. Si tiene que conservarlos de uno a otro día, envolvé los extremos gruesos en repasadores húmedos, cubrilos con plástico para envolver y ponelos en la heladera.
Cocción básica:
Los espárragos pueden cocerse de muy diferentes modos. Al vapor o hirviéndolos. No los cocines demasiado, de tres a cinco minutos, para que no se pongan muy suaves. Sacalos cuando estén crujientes pero tiernos; recordá que se seguirán cociendo mientras se enfrían. En el microondas, poné las puntas hacia el centro en un plato. Agregá 1/4 de taza de agua, cubrí firmemente y cocinalos de cuatro a siete minutos. Asados, precalentá el horno a 190° C. Ponelos, sin amontonarlos, en un recipiente poco hondo, rocialos con aceite de oliva y agregale sal y pimienta. Hornealos unos 20 minutos, hasta que estén crujientes pero tiernos.