¡Qué suerte! Los alimentos tienen influencia en la memoria y pueden ayudar a los más olvidadizos a agudizarlo.
¿Por qué en ocasiones perdemos la memoria?
Todos
tenemos fallas ocasionales de memoria, pero esto no necesariamente significa
que el cerebro no esté trabajando de forma adecuada. La presión de una vida atareada puede exigir demasiada atención y concentración, y en consecuencia a
menudo perdemos las llaves o se nos dificulta recordar números de teléfono.
Estos problemas son irritantes, aunque superficiales, ya que nadie puede
recordar todo lo que le sucede. Los alimentos tienen influencia en la memoria y
pueden ayudar a los más olvidadizos a agudizarlo.
A la mayoría de las personas, jóvenes y mayores, les gustaría mejorar la memoria. La buena noticia es que puede hacer mucho para lograrlo asegurando un buen abastecimiento de sangre (y oxígeno) al cerebro. Mantener los niveles de azúcar en la sangre es crucial, porque las células cerebrales necesitan glucosa para funcionar de forma adecuada. Incluso algo tan simple como no dejar de desayunar hace que la diferencia sea notable. Si consume hidratos de carbono no refinados, como pan y pasta integral, ayudará a regular los niveles de azúcar en sangre. Estos alimentos tardan tiempo en digerirse y la glucosa se libera a ritmo lento y constante.
Tenga en cuenta estas recomendaciones:
- Una dieta completa, basada en los “cinco grupos de alimentos” (pan, papas y otros cereales; verduras y frutas; carne y pescado; lácteos; grasas y azúcares). Investigadores estadounidenses midieron los niveles de absorción de radicales de oxígeno en los alimentos. Encontraron que los que tienen niveles más altos (arándanos, frutillas y espinacas) ayudan a evitar la pérdida de la memoria. Otras frutas y verduras útiles incluyen ciruelas, brócoli, repollo, remolacha, repollitos de Bruselas y ajo.
- El hierro proporciona oxígeno al cerebro en la hemoglobina. Una deficiencia, en cambio, afecta la memoria. Algunos alimentos ricos en este nutriente son: carne roja, hígado, frutos secos, semillas, ciruelas, higos, duraznos, germen de trigo, pan integral, legumbres y verduras verdes.
- Las vitaminas antioxidantes, ayudan a proteger el abastecimiento de oxígeno en las arterias que llegan al cerebro y reducen también el daño causado por los radicales libres. Las frutas y las verduras son una fuente abundante.
- Las vitaminas del complejo B, también son vitales para la energía de las células cerebrales. Un déficit está vinculado con la pérdida de memoria, la confusión, el olvido y otros síntomas. Las fuentes más comunes son: granos integrales, levadura de cerveza, carne, aves, hígado, leche, huevos y verduras verdes.
- Los ácidos grasos esenciales son necesarios para desarrollar y mantener el cerebro. Los ácidos grasos omega 3 y 6 se encuentran en el pescado, los aceites vegetales, aceite de oliva, la palta, las nueces, el germen de trigo y los porotos de soja.
- La lecitina y la colina son necesarias para producir una sustancia química del cerebro que es vital para el funcionamiento rápido de la memoria y protege al cerebro contra enfermedades degenerativas. Los alimentos con lecitina son: porotos de soja, hígado, yema de huevo, maní, arvejas, granos integrales, queso y verduras de hoja verde.
- Aunque la cafeína puede ayudar a mejorar el estado de alerta mental, las cantidades excesivas provocan temblores y palpitaciones, aumentan los niveles de ansiedad y afectan la concentración. Lo recomendable es no ingerir más de seis tazas de té negro o de café al día.
Más allá de los alimentos…:
Alimentarse adecuadamente ayuda a conservar la buena memoria. Pero si combina una dieta con un estilo de vida saludable, aumentará sus beneficios.
- El ejercicio físico es una de las mejores medidas para mejorar la memoria. Aumenta el abastecimiento de sangre oxigenada y de nutrientes al cerebro.
- El ejercicio mental también es importante. Leer, aprender un idioma; resolver crucigramas y rompecabezas, son excelentes para estimular la mente.
- El alcohol y el cigarrillo quitan energía al cerebro al dañar las células cerebrales.
- La falta de sueño también puede tener un efecto adverso en la concentración y la memoria.
- El estrés y la ansiedad son dañinos para el cerebro, porque le “roban” nutrientes esenciales.
- La disminución en el consumo de calorías, producto de una dieta excesiva, puede afectar la memoria. Esto se relaciona menos con la falta de calorías que con el estrés psicológico de la dieta.