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Hombres con alas

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Un grupo de españoles se propuso volar como pájaros sobre todas las superficies de la Tierra: agua, montaña, hielo, desierto, fuego y selva.

El sueño de volar como pájaros, tan antiguo como la Humanidad, quedó plasmado en el mito griego de Dédalo e Ícaro, padre e hijo que escapan del encierro en la torre de Creta gracias a unas alas unidas con hilo y cera.

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La invención del aeroplano no apagó este anhelo sino que multiplicó las variantes posibles (salto con paracaídas, snowboard en el aire, parapente, ala delta). Entre esas modalidades, el francés Patrick de Gayardon (1960-1998), considerado el “padre” del wingsuit flying, inventó un traje con alas que unen brazos y piernas, y consigue reducir la velocidad normal de caída de 200 kilómetros por hora a solo 60. Sin embargo, esa velocidad aún es alta para tocar tierra y requiere la apertura de un paracaídas en el tramo final.

A la hora de sumar desafíos al wingsuit flying, un grupo de deportistas españoles lanzó hace dos años el Proyecto Alas con la idea de volar con este traje sobre todas las superficies: agua (foto de esta página, y siguiente arriba a la izquierda, sobre el Mar Menor, Murcia), montaña, hielo, desierto, fuego, y vegetación extrema.

En junio de 2005, los saltadores Toni López (entonces de 40 años), Santi Corella (42) y Alvaro Bultó (42) lograron concretar sobre el estrecho de Gibraltar el vuelo humano en caída libre más largo de la historia. Desde el avión que los llevaba saltaron sobre territorio africano y aterrizaron en Europa seis minutos más tarde, a más de 20 kilómetros de distancia.

Los desafíos siguientes fueron el Polo Norte (concretado en abril del año pasado) y el Polo Sur (en marzo de este año). Estos saltos tuvieron dos desafíos principales: la temperatura (70 grados bajo cero en el momento del salto, 30 grados bajo cero en tierra) y la falta de referencias visuales, ya que los casquetes polares son una inmensa masa blanca de hielo y nieve.

Sus próximos retos se centrarán en superficies aún más complicadas: fuego (un volcán activo), arena (un desierto) y vegetación extrema (una selva), en localizaciones que aún resta definir.

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