Hay muchas escalas que calculan la intensidad de un sismo. La escala de Richter es sólo una manera de evaluar la naturaleza del terremoto.
La magnitud de un terremoto se define como la medida absoluta de su fuerza en relación con la energía liberada por el choque. Suele medirse en la escala de Richter, diseñada en 1935 por el sismólogo estadounidense Charles E. Richter.
Las medidas se toman mediante un sismógrafo convencional a 100 km del epicentro del sismo; para mayor precisión se toma la lectura de varios sismógrafos. La escala no tiene fin, es decir, no tiene límite superior o inferior. Y es logarítmica: el aumento de cada unidad representa un incremento de 10 veces la magnitud de un terremoto y aproximadamente un aumento de 30 veces la energía que se libera en forma de ondas sísmicas.
Un terremoto de magnitud 1 sólo puede ser detectado por un sismógrafo; uno de magnitud 2, cuya amplitud de onda o tamaño es 10 veces mayor, es el sismo de menor intensidad que los seres humanos pueden sentir. Un terremoto de magnitud 8 tiene una amplitud 10,000 veces mayor que uno de magnitud 4, y de acuerdo con el lugar donde se presente puede ser devastador.
El terremoto de Tangshan, en 1976, que provocó la muerte de unas 650,000 personas, alcanzó 7.9 grados en la escala de Richter. Liberó una fuerza semejante a 125 millones de toneladas de dinamita; la bomba atómica de Hiroshima tuvo la décima parte de ese poder explosivo. Los científicos dudan que pueda haber un terremoto más poderoso, porque consideran que ningún volumen de roca en la corteza terrestre es capaz de soportar una presión mayor y estallaría en pedazos antes de alcanzar una fuerza semejante, liberando enormes cantidades de energía, aunque evitaría una explosión aún más avasalladora.
La escala de Richter es sólo una manera de evaluar la naturaleza del terremoto. Otras escalas calculan la intensidad de un sismo por la sacudida que es posible observar en un lugar determinado, la deformación visible en la superficie terrestre y el daño a las construcciones.
Mientras que la escala de Richter brinda un solo medio para medirlos, las escalas de intensidad proveen varios. De acuerdo con la geología de las regiones, los puntos equidistantes del epicentro de un terremoto pueden experimentar distintos grados de intensidad, por ejemplo, las construcciones en suelos blandos sufrirán más daños que aquellas en roca sólida. Aunque las escalas de intensidad no son muy complejas, sus resultados son útiles para determinar la vulnerabilidad de zonas potencialmente sísmicas.