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Argentina joven-Gina Suriani

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(continuación de: «Gina Suriani. No me abandones»)

…Al principio, Claudia y Juan no le dieron relevancia al tema pero, luego de la perseverancia de su hija, cedieron.

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Un sa?bado, di?a de visitas generales, con papa? Juan al volante fueron hasta “El campito”, en Longchamps, cuarenta kilo?metros al sudoeste de Buenos Aires. Apenas llegaron al lugar, Gina no cabi?a en su asombro: habi?a ma?s de 700 animales, entre cachorros, perritos lastimados, algunos discapacitados y en tratamiento. En aquel momento, la historia de Franca volvio? a su mente y ella supo que iba a ayudar a esos perros sin duen?o, tal como lo habi?an hecho sus padres trece an?os atra?s. Hari?a lo imposible para que aquellos perros tuvieran las mismas oportunidades que Franca. Gina cuenta que se paso? toda esa tarde corriendo, acariciando a los perros, pasea?ndolos por el predio para que aprendan a sociabilizar.

Gina Suriani es muy apasionada. Cuando habla de lo que ma?s quiere se emociona, suspira, se ri?e y se suelta, invitando a quienes la escuchan a sumarse a su cruzada.

“Saber que estos perritos pueden tener una familia que los quiera y puedan vivir como se merecen, es lo que ma?s feliz me hace”, explica la nena mientras acaricia a Ojitos, un perro al que le faltan sus dos patitas y que la recibe apenas llega. “E?l es el rey del campito”, explica.

Aquel primer di?a en el lugar, amadrino? a un Rotweiller cachorro, al que bautizaron Gino en honor a ella. “Mi ahijado”, dice Gina, cuando se refiere a su nuevo compan?ero de aventuras. Su labor en “El campito” como voluntaria es principalmente buscarle un hogar a cada perro, tarea a la que le dedica varias horas al di?a.

Gina es la voluntaria ma?s joven de los 150 que participan activamente en la entidad que dirige Nani Salgado, fundada hace dos an?os. Adema?s de los voluntarios, trabajan setenta organizadores, doce cuidadores, tres veterinarios, y dos cuidadores que se quedan toda la noche. Cada mes se van cien perros en adopcio?n. “Nosotros siempre vamos a ver los hogares donde iri?a cada animal, como si fueran nuestros hijos, para conocer a la familia que los va a adoptar”, cuenta Nani, que en su casa alberga a otros 38 perros.

Pero la accio?n de Gina traspasa fronteras; con su corta edad ya organizo? una colecta a beneficio de un refugio de animales en Resistencia, Chaco. Hizo la convocatoria a trave?s de facebook para juntar donaciones para el refugio de Osvaldo Vignau, un hombre que tiene ma?s de mil animales, vacas, cabras, perros y caballos rescatados.

Con la ayuda de sus padres, llevo? adelante la colecta en noviembre de 2010, en la plaza Barrancas de Belgrano, ciudad de Buenos Aires.

“A las doce del mediodi?a, ya estaba con mi papa? en la plaza, armando la mesa, acomodando cajas y planillas, distribuyendo informacio?n del refugio chaquen?o. A las doce y media vino la primera persona, que habi?a viajado desde Mataderos para ayudarnos. Durante las tres horas que siguieron nos dedicamos a recibir donaciones, tomar datos en las planillas, entregar volantes, hablar sobre el refugio, acomodar todo en cajas, hasta que llegaron un transporte y dos voluntarios para ayudarnos.

Fue hermoso. Mucha gente se sorprendi?a cuando vei?a que yo era una adolescente”, cuenta apasionada Gina. Finalmente se juntaron cincuenta cajas con alimento balanceado, mantas y pan?ales, entre otras cosas. El lunes siguiente, la colecta salio? hacia el Chaco.

Una nota de dolor fue que Osvaldo Vignau, el fundador, no llego? a ver las donaciones ya que fallecio? tres di?as despue?s de enterarse de los resultados de la colecta.

Gina tiene colgada una cadenita de plata con un dije en forma de perro, lleva en su celular la imagen de Ojitos; su mama? Claudia tiene la imagen de Franca, y usa Internet con el noble fin de encontrar un hogar para los caninos ma?s desprotegidos. Un sa?bado por mes van al Campito en familia y, al acercarse al lugar, Gina le pide a su papa? desde el asiento trasero que baje el volumen de la radio y las ventanas, para poder empezar a escuchar esa mu?sica para sus oi?dos que son los ladridos de los perros.

“Cuando de chica vei?a maltrato contra los animales no podi?a hacer nada, pero ahora que tengo la dad de hacer algo contra eso quiero aprovecharla”, dice emocionada. No puede esperar a cumplir los diecisiete an?os para sacar el registro de conducir, y no depender de sus papa?s para llegar a Longchamps; quiza?s acompan?ada por Malena, su hermanita de 10 an?os. “Un perro es un ser sensible. Mucha gente no se da cuenta de esto. Piensa que es un objeto ma?s y los usan como un peluche. Hay que adoptar perros, no comprar, porque hay muchos y en diferentes refugios. Quiero que todos los perros tengan su hogar, por eso cuando uno de ellos es adoptado me da mucha felicidad”, dice.

Entonces, si de aprovechar oportunidades se trata, valga el mensaje de Gina para que cada cual encuentre su perfil solidario y contribuya con su granito de arena para mejorar la calidad de vida.

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