«La costumbre se hace ley» pero acá revelamos algunos de los mitos más escuchados sobre la salud.
1. La dermatitis de contacto ocasionada por la hiedra venenosa es contagiosa.
¡MITO! La única forma de que brote el sarpullido es entrar en contacto directo con la planta o su savia. La erupción cutánea no se transmite de persona a persona siempre y cuando el paciente se lave bien la zona afectada de tal manera que la savia haya sido eliminada por completo.
2. Ver la televisión demasiado cerca es contraproducente para los ojos.
¡MITO! Hasta finales de los 60, no había reglamentos estrictos con respecto a la cantidad de radiación que emanaba de los televisores, así que a algunas personas les preocupaba la posibilidad de que sentarse muy cerca de estos pudiera causar problemas de salud. Con los modelos actuales no se corre ese riesgo. Aunque mirar fijamente algo por un período prolongado cansa la vista, el daño no será permanente.
3. El huevo es malo para el corazón.
¡MITO! Hace tiempo se creía que el colesterol de los alimentos elevaba las concentraciones de dicha hormona en la sangre y que esto, a su vez, aumentaba el riesgo de desarrollar cardiopatías. Según un experimento reciente en el que participaron más de 400.000 adultos, comer un huevo al día incrementa los niveles de colesterol bueno y disminuye en 18 por ciento el riesgo de muerte por causas cardiovasculares.
4. Retener una flatulencia podría lesionar el tubo gastrointestinal.
¡MITO! Para bien o para mal, cuando se experimenta un flato, los gases permanecen en el mismo sitio. Llegado el momento, se descuidará y el organismo los expulsará sin mayor problema (al menos para usted, aunque quienes estén a su alrededor tal vez no estén de acuerdo). Las flatulencias causarían daño potencial solo en caso de obstrucción intestinal grave debido a que la presión acumulada podría provocar el estallido del colon; sin embargo, esto es muy poco frecuente.
5. La enfermedad de Alzheimer y la demencia son dos males distintos.
¡MITO! El término demencia se refiere a una amplia gama de trastornos que alteran el funcionamiento cerebral; la enfermedad de Alzheimer es solo uno de esos.
6. La cafeína detiene el crecimiento.
¡MITO! La gente solía pensar que la cafeína extraía el calcio del cuerpo, lo que debilitaba los huesos y retardaba el crecimiento. Según estudios recientes, los adolescentes pueden consumir hasta 100 miligramos de cafeína (es decir, el equivalente a una taza de café o de dos a tres latas de gaseosa cola) sin que eso represente riesgo alguno.
7. La depresión es incurable.
¡MITO! “Salir de la depresión no solo es posible; los pacientes que reciben el tipo y la cantidad de ayuda que necesitan tienen muy buen pronóstico”, señala Mark Henick, maestro en ciencias y promotor de la salud mental. “Los medicamentos, la psicoterapia y el apoyo en cuanto a vivienda, empleo e integración social constituyen el estándar de oro para impulsar la recuperación”.
8. Orinar sobre la picadura de una medusa calma el dolor.
¡MITO! La orina e incluso el agua podrían estimular la liberación de más veneno, lo cual exacerbaría el suplicio. Extraiga con cuidado cualquier tentáculo y, si le es posible, enjuague con vinagre la zona afectada.
9. El estrés favorece la aparición de úlceras.
¡MITO! Son dos las causas principales de que aparezcan úlceras estomacales: el abuso de antiinflamatorios no esteroideos (como la aspirina o el ibuprofeno) y las infecciones bacterianas causadas por la Helicobacter pylori. Es verdad que el estrés puede empeorar una úlcera (y tener una puede causar estrés); no obstante, hasta la fecha no hay pruebas científicas de causalidad directa.
10. El jabón está lleno de bacterias.
¡MITO! Quizá los gérmenes cutáneos se transfieran a la pastilla cuando se enjabona; sin embargo, viven tan poco que no tienen oportunidad de propagarse. El estudio más riguroso al respecto, publicado en 1965, ha determinado que los organismos que llegan a los jabones mueren a los pocos minutos y no se transmiten de persona a persona.
11. Un infarto no siempre conlleva dolor en el pecho.
¡REALIDAD! Según un estudio realizado en 2012 en más de 1,1 millones de víctimas de infarto, 31 por ciento de los hombres y 42 por ciento de las mujeres no sufrieron dolor torácico antes de ser internados. La Asociación Americana del Corazón recomienda llamar a emergencias si se experimentan otros síntomas, como mareo, dificultad para respirar e incomodidad en otras zonas del tronco.
12. No debe poner hielo sobre una quemadura.
¡REALIDAD! Gran parte de la lesión es atribuible a la respuesta inflamatoria; el hielo puede dañar las células y empeorar todo. Lo recomendable es sumergir la herida en agua fría unos cinco minutos. Después hay que lavar con jabón neutro y aplicar una crema antibiótica.
13. No siempre se requiere dar respiración boca a boca en la reanimación cardiopulmonar.
¡REALIDAD! Un estudio hecho en 2017 reveló que la tasa de supervivencia entre víctimas de infarto fue mayor cuando los transeúntes que realizaron la maniobra evitaron interrumpir las compresiones torácicas para dar respiración de boca a boca.
14. La piel congelada no debe exponerse a un calentador.
¡REALIDAD! El frío extremo entumece e insensibiliza la dermis; por esta razón, exponerla a este electrodoméstico, a la chimenea o a una compresa podría infligirle quemaduras sin que se percate de ellas. Si desea elevar la temperatura, sumerja la zona afectada en agua tibia.
15. Conviene retomar el ejercicio tras un infarto.
¡REALIDAD! “Con frecuencia, los cardiópatas ponen su enfermedad de pretexto para reducir su nivel de actividad física cuando en realidad deberían hacer todo lo contrario”, dice Salim Virani, presidente del Consejo para la Prevención de Enfermedades Cardiovasculares del Colegio Americano de Cardiología. Entrenar por lo menos 20 o 30 minutos la mayoría de los días fortalecerá al corazón. Pídale ayuda al médico para diseñar una rutina sin riesgos.