Entre el fuego, el agua y los objetos cortantes, un momento de distracción en la cocina puede resultar en una herida o un viaje al hospital. Para minimizar los riesgos en la cocina, te damos 7 consejos y, además, ¡7 soluciones para cuando ya es demasiado tarde!
1 – Incendio de grasa / aceite
Cuando sucede: no trates de apagarlo con agua; lo empeorará. De ser posible, apagá la hornalla y cubrí el recipiente con una tapa o una placa para horno. Extinguí las llamas restantes con polvo para hornear o sal.
Prevención: Si freís pollo, asegurate de secarlo con una servilleta antes de verterlo en el aceite caliente. Si la fritura es por inmersión en aceite, llená solo un tercio del recipiente.
2 – Otros fuegos
Cuando sucede: en la cocina es necesario tener a mano un extintor, en lo posible, cerca de la puerta para que sea más fácil salir si el fuego se descontrola. Si el incendio es en el horno, cerrá la puerta y se extinguirá solo. En caso de fuego en electrodomésticos, como el microondas o la tostadora, desenchufalos.
Prevención: No uses ropa muy holgada. Una bata o un delantal suelto pueden incendiarse con facilidad mientras cocinás.
3 – Cortes
Cuando sucede: Colocá un trapo limpio sobre la herida y presioná con firmeza; no quites el trapo, ni siquiera si se satura. Agregá más trapos encima del primero. Aplicar presión directa reduce el flujo de sangre hacia la herida. Esto detiene el sangrado y ayuda a la coagulación, a la vez que permite que la sangre circule por el resto del miembro.
Prevención: Aunque suene contradictorio, afilá los cuchillos. Es más probable cortarse con un cuchillo romo por la fuerza extra que se necesita para rebanar.
4 – Intoxicación
Cuando sucede: el cuerpo se deshace de los organismos que causan intoxicación a través del vómito y la diarrea. Lo mejor es permitir que la naturaleza siga su camino. No cargues tu sistema digestivo con comida hasta que éste pueda manejarlo. Evitá la deshidratación bebiendo sorbos de agua o una mezcla de jugo de manzana y agua, o té suave. Gradualmente, incorporá comidas blandas.
Prevención: Revisá las fechas de vencimiento en los envases. Mantené congelada la comida que lo necesite. Separá lo crudo de lo cocido y utilizá diferentes tablas para cortar carnes y vegetales. Asegurate de que tu heladera funcione a la temperatura correcta, que debería ser entre 1 y 5º C. Lavate las manos a consciencia antes de preparar comidas.
5 – Quemaduras
Cuando sucede: para la mayoría de las quemaduras y escaldaduras, el primer paso hacia la curación es sumergir el área quemada en agua fría por al menos 20 minutos. Esto enfría la piel, detiene la quemadura y alivia el dolor. Mantené el área limpia y aplicá compresas. Si la quemadura es más grande que tu mano, andá inmediatamente a un centro de salud.
Prevención: permanecé en la cocina, especialmente si usás aceites o cocción a altas temperaturas; la mayoría de los incendios ocurre por no prestar suficiente atención a los alimentos que se están cocinando. Mantené los combustibles (como guantes para horno, repasadores y servilletas de papel) lejos de las fuentes de calor.
6 – Boca escaldada
Cuando sucede: beber un líquido caliente, morder una torta recién salida del microondas o una pizza recién salida del horno puede causar dolorosas quemaduras en el paladar. Succioná cubitos de hielo hasta que se detenga el ardor. Una vez que lograste el enfriamiento inicial, enjuagá y realizá gárgaras con una solución salina (media cucharadita de sal disuelta en un vaso de agua tibia). Utilizala para lavarte la boca. No la tragues. La sal es antiséptica y te ayudará a limpiar y desinfectar la quemadura.
Prevención: si hay niños en la casa, comprá utensilios “anti escaldadura”, diseñados para cambiar de color si la comida está demasiado caliente.
7- Ahogos
Cuando sucede: en estos casos hay que remover la comida o los dientes postizos de la boca, pero no explorarla con el dedo. Si otro se ahoga, debes estimularlo a toser para eliminar el bloqueo. Si no es posible, inclinalo hacia adelante y palmeá tres o cuatro veces entre los homóplatos con la base de la mano para inducir la tos. Como último recurso, y solo si estás seguro de que la persona se está ahogando, realizá la maniobra Heimlich. Si le ocurre a un bebé, ubicalo boca abajo sobre tu antebrazo, sosteniéndole la cabeza. Con la base de tu otra mano, dale cinco golpes precisos suaves, pero con firmeza, entre los homóplatos. Si el bebé es más grande, sentate y apoyalo sobre tus muslos. Si esto no funciona, dalo vuelta. Colocá dos dedos a una distancia del ancho de un dedo por debajo de la línea de los pezones y presioná rápidamente hacia adentro y arriba hasta cinco veces seguidas.
Prevención: cortá la carne en bocados más pequeños. Masticá los alimentos por completo. Y no bebas demasiado alcohol antes o durante las comidas.