Descubrí cuatro hallazgos más te van a dejar mudo.
TEORÍA
Las cesáreas pueden causar alergias
“Cuando un bebé nace por vía natural, tiene contacto con millones de bacterias; en una cesárea, en cambio, va derecho a los guantes esterilizados de un cirujano”, dice Christine Johnson, epidemióloga del Sistema de Salud Henry Ford, en Detroit. “Hoy sabemos que ese primer contacto con bacterias es crucial para el sistema inmunitario”.
En un estudio realizado en Alemania con casi 2.000 niños se observó que los nacidos por cesárea eran casi un 80 por ciento más propensos a la celiaquía, trastorno digestivo causado por la ingestión de gluten, una proteína presente en el trigo, el centeno y la cebada. Según otro estudio, los niños nacidos por cesárea corren cinco veces más riesgo de contraer ciertas alergias si tienen contacto con alergenos en el primer año de vida. Estos hallazgos confirman la teoría de la higiene: la falta de contacto con bacterias en la primera infancia aumenta la propensión a las alergias. “Al reducirse el contacto con gérmenes e infecciones, el sistema inmunitario reacciona a otras cosas: ácaros del polvo, alimentos o escamas de la piel de las mascotas”.
Aprovechá el hallazgo:
Preferí el parto natural pero si la cesárea es inevitable, no todo está perdido. Varios estudios indican que la leche materna previene la celiaquía y las alergias. Preguntá al pediatra cuándo empezar a dar alimentos sólidos a tu bebé. Según un estudio publicado en Suecia, los chicos a los que se da gluten poco a poco desde los cuatro meses de edad presentan una incidencia mucho menor de celiaquía que aquellos a los que se da gluten después de los seis meses. Los expertos desaconsejan darles alimentos sólidos antes de los cuatro meses.
TEORÍA
Las arrugas son indicio de huesos frágiles
Científicos de la Universidad Yale estudiaron a 100 mujeres de entre 46 y 55 años que estaban al inicio de la menopausia: las que tenían arrugas más numerosas y profundas presentaban menor densidad ósea en partes cruciales como la pelvis y la columna vertebral.
El hueso y la piel tienen bloques de construcción comunes: los colágenos, un grupo de proteínas que disminuyen con la edad, explica Lubna Pal, directora del Programa de Síndrome de Ovario Poliquístico de la Facultad de Medicina de la Universidad Yale. Pal incursionó en este campo hace siete años, cuando presentó un estudio que demostró que las mujeres con escasas reservas de óvulos tienen menor densidad ósea. “Como muchas de mis pacientes estaban cerca de la menopausia, se quejaban de cambios en la piel y caída del cabello”, recuerda. “Eso hizo preguntarme si pasaba lo mismo por dentro: al perder la piel colágeno, ¿lo perdían también los huesos?”.
No obstante, no te preocupes por la fuerza de tu esqueleto si tenés muchas arrugas faciales: el aspecto de la piel depende mucho de otros factores, como la exposición al sol y la herencia, así que quizá no tengas que hacerte una densitometría, dice Felicia Cosman, vocera de la Fundación Nacional de Osteoporosis.
Aprovechá el hallazgo:
Si ya estás en la menopausia y tenés muchas arrugas, preguntá a tu médico si necesitás hacerte densitometrías regularmente, sobre todo si tenés otros factores de riesgo, como sobrepeso, fumar o beber en exceso (más de dos copas al día) o antecedentes familiares de osteoporosis.
TEORÍA
La obesidad se debe a un virus
Nik Dhurandhar, investigador de la obesidad, tuvo una revelación hace 25 años, en una fiesta en Mumbai, India. “Un amigo mío que es veterinario comentó que miles de gallinas que habían muerto a causa de un virus estaban muy gordas”, recuerda. “Pensé: lo lógico es que un animal en agonía se consuma y no al revés. Me pregunté si ambas cosas podrían estar relacionadas”.
Dhurandhar decidió investigar y observó que las gallinas infectadas con el virus AD-36 del resfrío común engordaban. Cuando indagó lo mismo en más de 500 personas, resultó que un 30 por ciento de las que eran obesas —y solo 11 por ciento de las delgadas— habían tenido contacto con ese virus. Desde entonces, los estudios de otros investigadores han arrojado resultados parecidos.
“Creemos que el virus infecta las células adiposas y que las hace crecer y subdividirse más rápido de lo normal”, señala Dhurandhar. Lo bueno es que el virus parece reducir los niveles de colesterol y glucosa en la sangre. “Aunque el cuerpo quizá produce más células adiposas, eso implica que hay menos grasa en el hígado y la sangre”, añade. Esto podría explicar por qué algunas personas con sobrepeso son menos propensas a las cardiopatías y a la diabetes que las delgadas.
Dhurandhar reconoce que, si bien el virus no es la única causa de la obesidad, tal vez explique por qué a algunas personas les resulta tan difícil adelgazar. “Si es portador del virus de la obesidad, eso no le impide bajar de peso. Significa solo que le costará mucho más trabajo”, concluye.
Aprovechá el hallazgo:
Los investigadores esperan que, en un plazo de 10 años, haya una vacuna contra el virus AD-36 (también trabajan para identificar otros virus relacionados con la obesidad humana). No necesitás hacerte pruebas para saber si sos portador del virus o no. Como la mitad de las personas obesas no lo son, está claro que influyen más otros factores, entre ellos el estilo de vida y la herencia genética.
TEORÍA
El virus del herpes causa el Alzheimer
Parece increíble, pero estudios realizados en los últimos 20 años indican que hay un vínculo entre el virus del herpes simple (VHS-1) y la enfermedad de Alzheimer. Ruth Itzhaki, neurobióloga de la Universidad de Manchester, decidió estudiar esta relación después de observar que una infección relativamente rara llamada encefalitis herpética afecta las mismas regiones del cerebro que el Alzheimer. Este hallazgo la llevó a investigar más a fondo el VHS-1.
Mientras examinaba muestras de tejido cerebral para autopsia, Itzhaki observó que hasta un 75 por ciento de las personas de mayor edad, entre ellas las enfermas de Alzheimer, tenían el VHS-1 en el cerebro, mientras que las que habían muerto a menor edad por otras causas no mostraban indicios del virus. Otros estudios han revelado una relación similar; por ejemplo, uno realizado en la primavera pasada por el Centro Médico de la Universidad Columbia, el cual halló un vínculo entre la concentración de VHS-1 en la sangre y la demencia senil. Itzhaki ahora quiere investigar si el uso preventivo de un antiviral oral como el valaciclovir puede frenar o detener el avance del Alzheimer.
Estos hallazgos no implican que el herpes labial derive en Alzheimer inevitablemente sino que los portadores del virus que tienen otros factores de riesgo son más propensos a la demencia senil. Por ejemplo, según el estudio de Itzhaki, los portadores tanto del VHS-1 como del gen APOE e4, cuyo vínculo con el Alzheimer ya se conoce, corren mucho más riesgo de contraer esta enfermedad que quienes no portan ninguno de ellos.
Aprovechá el hallazgo:
Como unas 9 de cada 10 personas son portadoras del VHS-1 y solamente una de cada tres mayores de 84 años contrae Alzheimer; está claro que el virus es solo uno de muchos factores que aumentan el riesgo. A falta de más estudios, lo mejor es reducir el riesgo con decisiones saludables como controlar el peso y hacer ejercicio a menudo. A mayor actividad física, menor probabilidad de contraer Alzheimer, indica un estudio realizado en 2012 por el Centro Médico de la Universidad Rush, en Chicago.