Las ciruelas frescas, cocidas o envasadas son un alimento nutritivo y de bajas calorías.
Una ciruela fresca mediana de 50 g tiene sólo 20 kcal y es una buena fuente de fibras alimentarias, como la celulosa y la pectina. Además, proporciona diversos nutrientes, como vitamina C y potasio.
Beneficios
- Fuente de vitamina C, potasio, hierro y fibra.
- Las ciruelas secas alivian la constipación.
Desventajas
- Pueden causar reacciones alérgicas en personas sensibles.
- Las ciruelas secas pueden provocar caries dentales.
Las ciruelas contienen antocianinas, un pigmento azul rojizo que les otorga su color tan intenso. Esos pigmentos son antioxidantes que protegen contra el cáncer y enfermedades cardíacas al eliminar los radicales libres, que son moléculas inestables que dañan a las células. Tené en cuenta que las ciruelas también pueden producir una reacción en individuos alérgicos a los damascos, las almendras, los duraznos y las cerezas, que son de la misma familia. Las personas alérgicas a la aspirina también pueden tener problemas si consumen ciruelas.
Cómo elegirlas
Las ciruelas frescas no siguen madurando después de su cosecha; cuando se compran hay que buscar las de color brillante y que cedan levemente al tacto. El color, que puede ser distinto según la variedad (existen más de 2.000 variedades), no siempre es un buen indicador de la madurez. Las ciruelas demasiado maduras suelen ser blandas, con la piel arrugada o descolorida, y a veces gotean jugo. Las ciruelas firmes se pueden mantener un día o dos a temperatura ambiente para que se ablanden.