Las lágrimas no sirven únicamente para expresar tristeza o alegría: son la primera línea de defensa que tienen los ojos frente a una infección o daño causados por el polvo o las partículas presentes en el aire.
Cada vez que parpadeás, una nueva capa de esta humedad –una mezcla de agua, grasa y mucosidad– se desliza sobre la superficie de los ojos. O, por lo menos, así debería ser. Si las lágrimas se evaporan demasiado rápido (a causa de cambios en la producción de lágrimas relacionados con la edad) o no se renuevan lo suficiente (porque pasás frente al televisor o la computadora durante demasiado tiempo), los ojos comienzan a secarse.
¿Que causa el ojo seco?
La edad; para las mujeres, los cambios hormonales en la menopausia; los problemas oculares que interfieren con el parpadeo o la producción de lágrimas; medicamentos como antihistamínicos, diuréticos, pastillas para dormir, pastillas anticonceptivas y antidepresivos tricíclicos, exposición a aire seco, afecciones médicas como diabetes, artritis reumatoide, lupus, esclerodermia y el síndrome de Sjögren.
¿Cuáles son los síntomas del ojo seco?
Sensación de escozor, ardor o irritación en los ojos; sensibilidad a la luz, al viento o al humo; secreción en los ojos o alrededor de ellos; visión borrosa al final del día o después de fijar atentamente la vista de cerca.
Estos pasos pueden ayudarte a mantener los ojos húmedos y sin molestias
1. Parpadear
El índice de parpadeo disminuye de un nivel normal de 17 a 22 parpadeos por minuto a tan solo cuatro cuando estás realizando alguna tarea que requiere una focalización visual intensa. En un estudio, ¡las personas que jugaban con la computadora parpadeaban solamente cada dos a tres minutos! Mantener los ojos abiertos hace que la película protectora de lágrimas se evapore. Para proteger los ojos, recordá que debés parpadear siempre que des vuelta la hoja de un libro o que mires por el espejo retrovisor al conducir, es decir, varias veces por minuto. Si estás trabajando frente a una computadora, intentá cumplir «la regla 20-20»: dale a tus ojos un descanso de 20 segundos cada 20 minutos. Mirá a través de una ventana o algún objeto de la habitación y asegurate de parpadear.
2. Baje el monitor de la computadora
Subir la vista para leer las líneas superiores en la pantalla podría duplicar la posibilidad de tener ojos secos. El motivo: mirar hacia arriba expone más superficie de los ojos al aire. Esta es una de las razones por las cuales el uso de la computadora seca más los ojos que leer un libro, ya que cuando se lee se tiende a mirar hacia abajo, lo que prácticamente hace que los ojos se cierren. Elevá tu silla o bajá el monitor de manera que puedas ver el tercio superior de la pantalla cuando mirás hacia adelante.
3. Consuma grasas buenas
Cuando los investigadores del instituto Brigham and Women’s Hospital de Boston controlaron la dieta y la salud ocular de cerca de 32.500 mujeres, detectaron que aquellas que consumían grasas buenas tenían menos riesgo de sufrir de ojo seco. De hecho, aquellas que ingerían atún por lo menos cinco o seis veces por semana eran un 68 por ciento menos propensas a sufrir ojo seco que quienes comían atún u otro alimento rico en ácidos grasos omega 3 menos de una vez por semana. Elegí el atún “claro”: es mucho más bajo en mercurio que el atún albacora. Y para evitar abusar del atún, intentá obtener los ácidos grasos omega 3 de diversas fuentes, por ejemplo, salmón, mero, sardinas y arenque como así también de las semillas de lino, el aceite de lino, el aceite de canola, los porotos de soja, las semillas de calabaza y las nueces.
4. Deje de fumar
Cuando los investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Wisconsin en Madison, en los Estados Unidos, controlaron los hábitos y la salud ocular de miles de personas, hallaron que los fumadores tenían un 82 por ciento más de riesgo de sufrir ojo seco que los no fumadores.
Ayuda para el ojo seco
Si el cuidado personal no es suficiente para mantener los ojos húmedos, consultá a tu oftalmólogo. Tal vez te sugiera alguno de estos tratamientos: Gotas oftalmológicas para mejorar las lágrimas o Tapones lagrimales.