Prácticos y sencillos consejos para afrontar los problemas de la vida según la mirada de Reader’s Digest.
Encontrar soluciones para los problemas de la vida, sean sencillos o complicados, es como tratar de tomar agua de una manguera de bombero: llega tanta información y tan rápido que simplemente no se puede beber ni un sorbo. En ese diluvio de datos hay muy pocas soluciones confiables, y demasiados “expertos” que quieren venderle ideas y hacerse ricos para luego retirarse a vivir al campo. Pero, qué tal si pudiera tener consejos eficaces, explicados de manera sencilla, para curar el hipo, aprender a decir no, parecer más inteligente, ser más productivo o escribir una nota de agradecimiento? A continuación encontrará la fuente que saciará su sed.
1. Cómo decir que no
Es muy fácil —por pecar de amable— contestar que sí. Lo difícil es cumplir esa tarea cuando está agobiado con su propio trabajo y sus obligaciones familiares. La solución es decir no de manera firme, cortés y sin provocar resentimientos. ¿La clave? Pronunciar una negativa breve. He aquí algunas frases que funcionan:
- “No puedo, pero gracias por pedírmelo”. Alguien le pide un favor, pero usted no acepta, le da las gracias por tenerlo en cuenta y, a la vez, lo deja sin opciones. Esto funciona con cualquier tipo de petición, y quien se la hace rara vez sabe cómo responder. Por lo tanto, ¡no insistirá!
- “Me encantaría, pero sencillamente no puedo asumir ese compromiso. ¿Hay otra manera de ayudarte?”. Con esta respuesta deja muy en claro que no dispone de tiempo para la tarea que le piden, pero tampoco le está negando toda ayuda a la persona que se la solicita. Nadie puede odiarlo cuando le ofrece darle una mano de otra forma.
- “No puedo encargarme de eso en este momento”. En el fondo, estas palabras significan: “No dispongo ni de un minuto para hacer eso, y si aceptara, probablemente no sólo no lo haría, sino que terminaría volviéndome loco”. Responder esto implica ser sincero con uno mismo, así como con la persona que le pide el favor.
- “No, pero estoy seguro de que fulano puede ayudarte”. Este es un no rotundo, pero suena generoso.
- “La verdad, no me sentiría bien haciendo eso”. A veces, es necesario decir no para que su posición quede clara, sobre todo cuando la petición que le hacen va en contra de sus principios. diga: “Lo lamento, pero no estoy a favor de esa causa (o candidato u organización)”
2. Cómo parecer más inteligente
Podría ponerse lentes sin graduación (muchos famosos lo hacen cuando quieren parecer intelectuales), pero nosotros creemos que es mejor hacer un esfuerzo honesto y sensato al estar en compañía de personas inteligentes. Nota: esto no significa que deba “actuar” como si fuera el más brillante de todos los presentes; comportarse así lo convertiría en el indeseable de la reunión… y en el tonto.
- Manténgase actualizado. Resulta poco inteligente decir “¿Cuál guerra civil?” si la semana anterior se desató una en alguna parte del mundo. Nadie está sugiriendo que lea todas las secciones de todos los diarios todos los días. En vez de eso, puede revisar los titulares de los principales diarios y enterarse de las noticias más relevantes. O suscríbase a uno de los servicios noticiosos de Internet para estar informado continuamente desde su celular o computadora.
- Cuide su forma de hablar. Expresarse incorrectamente puede hacerlo parecer poco inteligente. Procure seguir las reglas gramaticales, usar sinónimos y evitar las muletillas, como “bueno”, “este, “o sea”, etc. Además, tenga cuidado de pronunciar bien las palabras y de hilar las frases con claridad y concisión.
- Organícese. Ponga en orden su escritorio, papeles, archivos, etc. Es común que a las personas desorganizadas se las perciba como poco inteligentes. Luego prepárese para las actividades del día; por ejemplo, tome notas antes de una reunión, comida o entrevista de trabajo. Las personas suelen sentirse halagadas cuando descubren que saben cosas de ellas (no indiscreciones, por supuesto). Y cuando la gente con la que habla se siente bien, es más amable y usted parece inteligente.
- Use el corrector ortográfico de la computadora. Este es uno de los recursos más útiles que existen hoy día. Úselo siempre para corregir sus errores de ortografía y los “dedazos” al teclear.
- Escuche y pregunte. Suponga que está en una cena con su esposa y sus colegas. Ella es neurocientífica y usted se dedica a la repostería. No pretenda conocer los últimos hallazgos sobre el cerebro. Limítese a escuchar y haga preguntas sensatas. Está bien no saberlo todo, y lo ayudará más formular sólo un par de preguntas bien pensadas.
3. Cómo evitar meter la pata
Seguramente ha visto cometer —o cometido— más de uno de estos errores garrafales. Evítelos, y no tendrá que disculparse después.
- En la correspondencia comercial, nunca se dirija por el nombre de pila a una persona a la que no conozca.
- Jamás publique nada que no quiera que su jefe (o su madre) lean en su cuenta de Facebook o Twitter.
- Revise el nombre del destinatario de cada uno de sus mensajes electrónicos antes de presionar la tecla “Enviar”.
4. Cómo curar el hipo
El hipo puede ser muy incómodo y exasperante, y se produce por irritación del nervio vago o neumogástrico (el cual se extiende del cerebro al abdomen). El diafragma se contrae involuntariamente, provocando un cierre repentino de las cuerdas vocales, lo que produce ese sonido característico. Las siguientes técnicas pueden ayudar a detener el hipo:
- Chupe una rodaja de limón remojada en licor de Angostura. Según una nota publicada en el New England Journal of Medicine, hacer esto curó a 14 de 16 personas afectadas. Antes de recurrir al licor o amargo de Angostura, trate de chupar sólo el limón. Otras fuentes aseguran que el sabor ácido en la lengua quita el hipo.
- Cúbrase los oídos con las manos. El nervio vago tiene algunas ramificaciones que se extienden hasta el sistema auditivo, así que relajar esas terminaciones nerviosas puede cortar el hipo.
- Respire dentro de una bolsa de papel. Hacer esto aumenta la cantidad de dióxido de carbono en su organismo, y puede ayudar a detener los espasmos.
- Tome un vaso de agua tibia sin hacer pausas. Algunos expertos dicen que un calor moderado relaja el diafragma.
- Haga gárgaras con agua helada. Otros dicen que el líquido frío corta el hipo.
- Tome una cucharadita de azúcar o una cucharada de miel de abeja. Ingerir algo dulce y pegajoso aparentemente cambia el ritmo de la respiración.
- Evite los alimentos condimentados y las bebidas alcohólicas. Si esto no le funciona, tome un antiácido.
- Consulte a su médico si el hipo persiste o es recurrente: podría ser un síntoma de reflujo.
5. Cómo ser más productivo
Según Julie Morgenstern, experta en administración del tiempo, no necesitamos cambiar nuestra lista de pendientes, sino aprender a trabajar de manera organizada y eficiente.
- Haga un plan. No acometa sin ton ni son las tareas del día; eso solo lo agotará y frustrará. El consejo de Morgenstern es que se siente entre 5 y 10 minutos antes de empezar a trabajar (si lo hace la noche previa es mejor todavía) para planear lo que tiene que hacer y en cuánto tiempo. Haga una lista de pendientes y asigne tiempos a las diversas tareas a lo largo del día para ocuparse de todas ellas sin atrasos.
- Gánele tiempo al tiempo. Fije un lapso de 10, 15 o 30 minutos con un cronómetro y propóngase hacer una tarea en ese tiempo. Hacer esto lo motivará y ayudará a evitar una gran distracción: el uso de Internet.
- Concéntrese. Desconecte el teléfono y no use el correo electrónico cuando se ocupe de tareas que exijan concentración. Si alguien se acerca a usted con un asunto que puede esperar, deje que espere. “No tenga miedo de decir: ‘más tarde vemos eso’”, aconseja morgenstern.
- Aprenda a delegar. No evite delegar tareas en casa porque le resulta “más fácil” hacerlas usted mismo. Esta actitud de mártir es agotadora. Asigne tareas a sus familiares de acuerdo con la edad y el tiempo de que disponga cada uno. Se sorprenderá de cuántas cosas pueden hacerse. En la oficina, delegue tareas a sus subordinados, o pida ayuda a algún colega y luego devuelva el favor.
- Subdivida. En vez de anotar “limpiar la casa” en su lista de pendientes, divida esta tarea en varias. Avanzará más rápido y se sentirá más productivo.
- Prevea contratiempos. ¿Su médico va a tardar en atenderlo o se encuentra en el aeropuerto y su vuelo está atrasado? La próxima vez lleve con usted un cuaderno de apuntes, una lista de llamados telefónicos por hacer, o lapicera y papel para escribir una carta. De esta manera, aprovechará el tiempo mientras espera.
- Sea flexible. Si algo en su plan del día no resulta, no se altere ni pierda el tiempo: simplemente pase a la tarea siguiente. No sea esclavo de su lista de pendientes; recuerde que esta trabaja para usted, y no al revés. Si alguien lo invita a tomar un helado una tarde, vaya y relájese, dice morgenstern. Podrá reanudar sus tareas cuando vuelva.