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6 casos para descubrir si sos hipocondríaco o no

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Si sos de preocuparte fácilmente, leé esta nota.

Un viejo proverbio chino dice: “Dale un pescado a un hombre y comerá un día. Enséñale a pescar y comerá todos los días”. La versión para hipocondríacos sería: “Dale un síntoma a un hombre y se preocupará un día. Dale acceso a Google y se angustiará toda la vida”. Si usted ha pasado mucho tiempo usando Internet —y aún más tiempo viviendo aterrado—, estoy aquí para ayudarlo, con el apoyo de Mark Leyner, mi redactor y enfermero asistente. Soy médico de emergencias desde hace casi 20 años, y he tratado todo tipo de males, desde lepra hasta lumbago. He visto pecas inocentes convertirse en tumores malignos y letales, y muchas otras pecas que siguieron siendo inocentes. ¿Tiene picazón, tos o ruidos en los oídos que no lo dejan dormir? Para saber si usted es hipocondríaco o no, lea estos casos de pacientes demasiado preocupados:

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ESTIMADO DOCTOR Billy:

Cuando muevo la muñeca izquierda de cierto modo, oigo un ruido raro, como un chasquido. A veces también lo siento. Tengo 16 años, así que no puede ser artritis prematura u otra enfermedad grave… ¿O sí?

No te preocupes; no e estás convirtiendo en plástico de burbujas para envolver. Es perfectamente normal que nuestras articulaciones hagan esos ruidos, cuya causa es el estallido de las burbujitas que se forman en el líquido sinovial que las lubrica. Algunas personas incluso se divierten haciendo crujir sus nudillos, lo cual, por cierto, no es necesariamente malo. Si se exceden al hacerlo, puede haber un daño leve, como un desgarro de los ligamentos de los dedos, y esto puede reducir la fuerza para sostener cosas. Muchos padres creen que ese hábito puede causar artritis, pero no es así.

El chasquido de muñecas, aunque no es tan común como el crujido de nudillos, es igual de inofensivo. Habría que verlo de este modo: si a uno le gusta bailar y decide ir a clases de flamenco, ¡no va a necesitar castañuelas!

ESTIMADO DOCTOR Billy:

Pasé una tarde de domingo muy feliz en mi jardín, podando los rosales y abonando los macizos de flores, pero a la noche empezó a picarme mucho la mano. También me sentía muy cansada, y me dolían las pantorrillas y la espalda. Llamé por teléfono a mi cuñado (un insomne “experto” en enfermedades infecciosas y un sabelotodo en general). Lo oí teclear en su computadora, y unos minutos después me dijo: “Tienes esporotricosis. Será mejor que pongas en orden tus asuntos”.

Dígale a su cuñado que ponga él en orden sus asuntos. Lo más probable es que haya tenido esa fuerte picazón en la mano porque estaba reseca, o quizá porque usted tocó algo a lo que es un poco alérgica o que le irritó la piel. Usted se sentía muy cansada porque trabajó todo el día en el jardín, y los músculos le dolían porque pasó 12 horas agachada moviendo una azada. Si tiene fiebre y la mano enrojecida, hinchada o con pus, es muy probable que sea una infección menor y que un antibiótico la cure. Llame otra vez a su cuñado e infórmele que la esporotricosis, una infección causada por un hongo que crece en las plantas, afecta a sólo una o dos personas entre un millón. Y en el muy remoto caso de que usted fuera una de esas personas, la infección se trata fácilmente con un medicamento antimicótico. Le recomiendo usar guantes de jardinería, y dejar de hacer llamados a medianoche a ese aprendiz de médico.

ESTIMADO DOCTOR Billy:

Desde hace dos meses he tenido un dolor en el frente de la cabeza, o más bien en las sienes, unas veces en la derecha y otras en la izquierda. He tomado analgésicos y me he aplicado compresas frías, pero nada funciona, así que estoy segura de que tengo cáncer cerebral en fase terminal. Ya empecé a escribir mi testamento, aunque mi novio se enojó porque no pienso dejarle mi auto convertible. Paso casi todo mi tiempo libre en Internet, leyendo acerca de gliomas y blastomas y viendo películas sobre mujeres y hombres que tienen tumores cerebrales. ¡Ayúdeme!

¿Le gustan las películas? Olvídese de los dramas lacrimógenos y mejor alquile una comedia para reírse a carcajadas. Luego imagine que una voz en su cerebro le dice: “¡No es un tumor!” Su dolor de cabeza puede tener muchísimas causas, pero la menos probable es un tumor cerebral. Un posible diagnóstico es que sufra estrés, alguna alergia, sinusitis o bruxismo (movimiento involuntario y compulsivo que consiste en apretar o rechinar los dientes, sobre todo durante el sueño). O quizá necesite un ajuste de graduación de sus anteojos o lentes de contacto.

Ahora bien, ¿cómo puede uno distinguir un dolor de cabeza menor y pasajero de uno peligroso? En la sala de guardia donde trabajo, les hacemos algunas preguntas a las personas que llegan con dolor de cabeza: ¿empezó a sentir ese dolor de repente y es el peor que ha tenido en su vida? (una respuesta afirmativa nos hace pensar en una ruptura de aneurisma). ¿Tiene fiebre y rigidez en el cuello? ¿El dolor es constante, pero empeora a la mañana y está acompañado por vómito, convulsiones, cambios en la visión o debilidad de brazos o piernas? (estos síntomas podrían indicar un tumor cerebral, pero aun así las probabilidades son mínimas).

Si presenta alguna de estas señales de alarma más graves, consulte a su médico cuanto antes. En cualquier caso, trate de relajarse, pues el estrés que le causa el dolor de cabeza quizá lo esté empeorando. Y deje a ese novio que parece querer más su auto que a usted.

ESTIMADO DOCTOR Billy:

Últimamente tengo una fuerte picazón en el interior de las orejas. Además, me sale un flujo acuoso, claro y a veces un poco pegajoso. He llegado a la conclusión de que soy alérgico a algún alimento, pero no he podido identificar a cuál.

La razón por la cual no ha podido identificarlo es que, muy probablemente, no se trata de una alergia alimentaria. Aunque los programas de televisión sobre temas de salud hablan mucho sobre las alergias alimentarias graves, no suelen aclarar que son poco comunes. Según un reciente informe publicado en el Journal of the American Medical Association, casi tres de cada 10 personas creen tener una alergia alimentaria, pero menos del cinco por ciento de los adultos y el ocho por ciento de los niños la padecen en realidad. De hecho, una revisión de más de 12.000 estudios reveló que, cuando se usa la prueba adecuada, hasta las personas diagnosticadas como alérgicas por un médico tienen un riesgo de menos del 50 por ciento de padecer realmente una alergia.

Si sus síntomas no se deben a una alergia alimentaria, ¿cuál podría ser la causa entonces? Casi estoy seguro de que es una infección del oído externo o, para ser precisos, una otitis externa. Es una inflamación o infección del conducto auditivo externo, que va desde el oído externo hasta el tímpano. Esta afección también se conoce como oído de nadador, pues es más común en las personas que se sumergen en agua con frecuencia. Si el flujo que sale de su oído es amarillento y siente dolor, probablemente se trate de una infección, y debe acudir al médico para que le recete un antibiótico en gotas.

La otra posibilidad es que tenga simplemente un exceso de cerumen. Pero no corra a buscar un hisopo, ya que estos son apropiados para limpiar solamente el oído externo. El oído es como un horno autolimpiable, y casi siempre produce la cantidad exacta de cerumen para protegerse. El cerumen está formado por queratina (la misma sustancia presente en las uñas y el pelo) y secreciones grasas, una mezcla que protege el conducto auditivo del agua y las infecciones. Los hisopos tienden a compactar el cerumen, y pueden causar dolor e incluso perforar el tímpano. Si tiene cerumen incrustado en los oídos (lo sabrá si apenas puede oír), necesita deshacer el tapón para desalojar
el cerumen.

Puede intentar esto en casa con algún disolvente de cerumen de venta libre, pero si se ha formado un tapón duro, tendrá que acudir al médico para que se lo extraiga.

ESTIMADO DOCTOR Billy:

Desde que mi mamá, mi hermana y yo nos mudamos a Florida, en 2002, a las tres nos han salido unas pequeñas protuberancias en la espalda (hice una búsqueda en Internet y parece que son lipomas). Hace poco una amiga y vecina mía me dijo que ella también tiene un bultito parecido en la espalda. Y a una amiga suya que fue a ver al médico por la misma causa le dijeron que esas protuberancias se deben a las hormonas que la industria le agrega al pollo que comemos.

Aunque es difícil diagnosticar cualquier cosa sin verla, es probable que tenga toda la razón en la primera parte de su diagnóstico. Los lipomas son tumores benignos compuestos por células grasas maduras. Suelen ser indoloras y suaves al tacto, y se mueven un poco al presionarlas. Son los tumores no cancerosos más comunes en todos los adultos, y afectan al uno por ciento de la población. Aparecen mayormente en las mujeres (y se sabe que son hereditarios), así que no es raro que su mamá, su hermana y usted compartan esta aflicción protuberante.

Por lo general no es necesario hacer nada respecto a los lipomas, a menos que molesten. En ese caso, el tratamiento es una simple extirpación quirúrgica.

Ahora, respecto a su teoría sobre el pollo, hay varias inquietudes sobre cómo podrían afectar las hormonas medioambientales a la salud, pero no se usan hormonas en la producción de pollos.

Así que su mamá, su hermana y usted se pueden sentir tranquilas al mantener este alimento en el menú.
(Probablemente, yo me alejaría de los sándwiches gigantes. No causan lipomas, pero pueden sumar kilos).

ESTIMADO DOCTOR Billy:

Hace poco empecé a notar un cosquilleo en la mano izquierda. Es peor a la mañana, cuando me despierto, y hace tres días que lo siento. Busqué en Internet, y ahora estoy seguro de que tengo un tumor benigno de la médula espinal, estenosis medular lumbar, o quizá tuve una apoplejía. El sitio de la Clínica Mayo dice que el cosquilleo en algunas partes del cuerpo es síntoma de escleroris múltiple. ¿Qué debo hacer ahora? Hay 930.000 resultados en Google para “cosquilleo en los dedos”, y no creo tener tanto tiempo de vida.

Lo primero que debe saber es que la esclerosis múltiple (EM) afecta a una de cada 750 personas a nivel mundial. De modo que si usted no tiene antecedentes familares de la enfermedad, la probabilidad de que padezca EM es realmente escasa. Lo mismo vale para cosas como tumores de la médula espinal y estenosis. ¿Duerme con la mano debajo de la almohada? Oprimirla de ese modo podría interrumpir el flujo sanguíneo. ¿Se relacionan sus síntomas con algún movimiento repetitivo, como usar el teclado o buscar síntomas de enfermedades todo el día? En ese caso, el síndrome del túnel carpiano sería un culpable más lógico. ¿Le aprieta el reloj de muñeca? Incluso eso puede provocar hormigueo. Relájese. La EM es uno de los peores enemigos de los hipocondríacos. Sus síntomas pueden ser vagos, y suelen ser cosas que todos experimentamos de vez en cuando. Si el cosquilleo persiste por más de una semana, o está acompañado de visión doble, temblor o debilidad en las extremidades, o si los síntomas empeoran cuando aumenta su temperatura corporal —por ejemplo, cuando se baña—, quizás el médico lo remita a un neurólogo. Sin embargo, lo más probable es que esté bien.

ESTIMADO DOCTOR Billy:

Me da vergüenza incluso escribir sobre esto, porque es un poco asqueroso. Constantemente toso unas partículas blancas y con mal olor. Parecen granos de maíz, pero tienen un olor similar a la sustancia que se acumula entre los dedos de los pies. ¡Ayúdeme! ¿Qué son esos trocitos blancos apestosos en la parte trasera de mi garganta?

Esas bolitas hediondas de su boca se llaman tonsilolitos o cálculos amigdalinos. Estos terrones duros se forman en los recovecos de las amígdalas y contienen partículas de comida, sales de calcio y magnesio, bacterias, y algunas veces cantidades pequeñas de queratina (sí, la que está presente en las uñas, el pelo y el cerumen). Las bacterias producen compuestos sulfurosos volátiles (como metilmercaptano y dimetilsulfóxido), que pueden dar mal olor al aliento. No se sabe qué tan comunes son los cálculos amigdalinos, porque la mayoría de las personas los tragan sin darse cuenta. Lávese los dientes, haga gárgaras y evite comer antes de dormir y tendrá menos probabilidad de padecerlos.

Así que mi consejo es doble: deje de preocuparse por esas bolitas asquerosas y nunca se sienta avergonzado por hablar con alguien (sobre todo con el médico) sobre su salud. Todos somos humanos y producimos una increíble variedad de secreciones olorosas, desagradables y misteriosas.

He aquí otra regla práctica: si tiene síntomas nuevos, ingrese en Internet y haga un poco de investigación médica no profesional. Pero no deje que toda esa información le provoque una ansiedad descontrolada.

Si está preocupado, vaya al médico y procure tener una conversación franca y abierta con él.
Esa es la forma más eficiente de calmarse y tratar lo que le aqueja, aunque solo esté en su mente.

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