Cada cultura tiene un hábito que puede mantener a la gente delgada y saludable. Algunos resultados de la encuesta.
Como muestran los resultados de la encuesta global Reader’s Digest, alrededor del mundo luchamos contra el sobrepeso. Pero eso no quiere decir que la obesidad sea nuestro destino colectivo. Es más, cada cultura tiene un hábito que puede mantener a la gente delgada y saludable.
Por ejemplo, si cenaste afuera en Europa, sabrás que lo primero que lleva el mozo es una botella de agua mineral. En cambio, en nuestro continente, hoy en día hay que solicitar agua en muchos restaurantes, por lo que la gente suele elegir gaseosas o bebidas que aportan calorías vacías. Hacer un cambio sencillo como beber agua mineral con la comida —o solicitar agua corriente—, con el tiempo puede significar una gran diferencia en su peso. Hemos reunido 19 ingeniosos consejos como este, luego pedir a nutricionistas renombrados y a la propia red de editores internacionales de Reader’s Digest que divulgaran las peculiaridades de sus culturas que pueden ayudarnos a combatir la gordura. Considérelo un viaje mundial para adelgazar, sin necesidad de boleto. ¿Está listo para decirle adiós a los kilos de más?
Comida casera en familia
Argentina
Las comidas siguen siendo un momento de encuentro para los argentinos, lo que de acuerdo a varios estudios favorece los hábitos alimentarios saludables. Una encuesta mundial realizada por una importante empresa alimenticia reveló que las familias en la Argentina comparten más frecuentemente la mesa que en cualquier otro país: el 95 por ciento de las comidas del día se disfrutan en familia. Esta costumbre promueve una alimentación saludable que incluye un mayor consumo de frutas y verduras: aumenta un 45 por ciento la posibilidad de que los chicos ingieran cinco porciones diarias, y menor consumo de grasas, frituras y comida chatarra. Otro dato interesante del estudio es que siete de cada diez argentinos elaboran comida casera más de seis veces por semana, muy por encima de los países europeos, los Estados Unidos y el resto de Latinoamérica. Una noticia alentadora para los argentinos es que se disminuyó el consumo anual de carne de vaca per cápita en unos 16 kilos, en los últimos 20 años. Hoy el consumo es de 70,5 kilos según el Instituto de Promoción de Consumo de Carne Vacuna. De todas maneras, los expertos señalan que está muy por encima de los recomendado por la OMS: 40 kilos.
Serví una guarnición de arroz y porotos
Brasil
Las corridas del carnaval no son el único hábito saludable para el organismo en Río de Janeiro. Los brasileños se mantienen delgados al disfrutar este plato tradicional prácticamente con cada comida, dice Sérgio Charlab, editor de Reader’s Digest Brasil. Un estudio en la revista Obesity Research descubrió que una dieta en la que predominan el arroz y los porotos reduce en un 14 por ciento el riesgo de desarrollar sobrepeso, en comparación con la típica dieta occidental. Esto se debe a que es baja en grasa y rica en fibra, la cual se cree que estabiliza el nivel de glucosa en la sangre. Puede sonar ilógico, pero comer porotos lo ayudará a lucir el traje de baño en la playa.
Tratá de ayunar de vez en cuando
Indonesia
El islam, la religión predominante en este país, sugiere el ayuno periódico: no comer ni beber nada desde el amanecer hasta el anochecer. Otras personas en Indonesia practican el mutih, que solo permite agua y arroz blanco. Aunque los expertos no recomiendan el ayuno para el control de peso, ayunar con moderación puede romper patrones mecánicos de alimentación, dice Hill. “A la mayoría de los occidentales nunca nos da hambre —señala—. Comemos la siguiente comida antes de haber digerido por completo la anterior”. No es necesaria la abstinencia estricta para obtener estos beneficios psicológicos; sólo trate de reducir las calorías diarias a la mitad.
Comé más seguido en casa y menos afuera
Polonia
Los polacos solo gastan un 5 por ciento del presupuesto familiar en salir a comer. Para ahorrar dinero y kilos, empiece a registrar con cuánta frecuencia usted come afuera y cuánto dinero gasta por mes. Después, reduzca gradualmente la frecuencia. “Las personas que no cocinan en casa tienden a comer menos comida saludable y a pesar más que quienes lo hacen”, dice el periodista Michael Pollan, autor de varios libros sobre el tema. “Es más, la falta de personas que cocinan en una sociedad propicia el aumento en la obesidad”.
No saltees el desayuno
Alemania
Un impresionante 75 por ciento de los alemanes desayuna todos los días. Y no se trata de un café y un tostado en un restaurante de comida rápida, sino que se sientan a disfrutar de un desayuno consciente compuesto por cereal integral, pan y fruta. Durante años, los nutricionistas han recomendado a la gente no saltear el desayuno, pero estudios recientes señalan su importancia de manera más contundente. En uno de ellos, investigadores británicos descubrieron que si no desayunamos, el centro de recompensas del cerebro se enciende con mayor vigor al ver un alimento rico en calorías, lo cual aumenta la probabilidad de comer en exceso. ¡Finalmente existe una prueba científica de esa necesidad urgente de parar a comprar facturas!
Probá un plato de musli
Suiza
El musli es un cereal hecho de avena, fruta y frutos secos, cada uno de los cuales se relaciona con una mejor salud y control de peso. Lo desarrolló un médico suizo hace más de 100 años, para nutrir a los pacientes de los hospitales. Los suizos lo comen típicamente en el desayuno, y también como un plato liviano por la tarde. La fibra que contiene el musli lo hace lento en digerir, lo cual ayuda a sentirse satisfecho por más tiempo. Sin embargo, lea la etiqueta cuidadosamente, pues el contenido de azúcar puede variar de 2 a 14 gramos por ración.
Cambiá el acelerador por un pedal de bicicleta
Países Bajos
En los Países Bajos, las bicicletas (18 millones) superan el número de habitantes (16,5 millones). Pero, a diferencia de muchos de nosotros —admitámoslo: la mayoría de nuestras bicicletas yacen abandonadas en el garaje—, el 54 por ciento de los holandeses que tiene bicicletas las usan para actividades diarias como ir de compras y al trabajo (el holandés promedio pedalea 870 kilómetros por año). De hecho, en algunas partes de Amsterdam los semáforos están sincronizados con la velocidad de las bicicletas. A nivel internacional se está empezando a establecer un día internacional sin auto en la tercera semana de septiembre, así que trate de usar su bicicleta para trasladarse ese día. Una persona promedio que pedalea a ritmo moderado puede quemar alrededor de 550 calorías por hora.
Labrá la parcela de tu dacha
Rusia
Las casas de campo, donde el 51 por ciento de los citadinos pasan las vacaciones y fines de semana del verano, se llaman dachas, y es muy raro ver una que no tenga jardín. Los rusos cultivan sus propios vegetales y frutas, lo cual automáticamente hace más nutritiva su dieta. Además, conservan y enlatan lo que cosechan (como el chucrut). Se trata de la antigua práctica de vivir de la tierra. “En un jardín no se pueden cultivar muchas cosas que engorden”, dice Hill.
Salí a pasear los domingos
Noruega
Con el fin de mantener una arraigada tradición noruega, cada domingo, todos —desde los niños pequeños hasta los abuelitos— salen a caminar (en verano) o a esquiar a campo traviesa (en invierno). ¿Por qué no trata de empezar una tradición nórdica en casa? En vez de sentarse frente al televisor, saque a su familia a pasear, por lo menos una vez por semana.
Retorcete todo
India
El yoga está entrelazado en la cultura de la India, su lugar de origen. La mayoría de los occidentales respeta el poder para combatir el estrés y mejorar la flexibilidad de esta disciplina, pero no muchos saben que también ayuda a bajar de peso. Es más, un estudio reciente descubrió que quienes practican yoga tienen un menor índice de masa corporal (IMC) que otras personas que hacen ejercicio. Probablemente hay múltiples razones: el yoga se practica mejor con el estómago vacío, y puede desarrollar músculo, lo cual acelera el metabolismo.
Perfeccioná el poder de la siesta
Japón
Incluso en el ajetreado país del sol naciente, muchos trabajadores y estudiantes duermen una siesta diaria de 20 a 30 minutos, dice el doctor James Maas, investigador del sueño en la Universidad Cornell y autor del libro Power Sleep, sobre el poder del sueño. Cada vez hay más pruebas de que la falta de sueño crónica aumenta el riesgo de subir de peso. Maas culpa a dos hormonas: la leptina, que ayuda al cerebro a sentir cuando estamos satisfechos, yla grelina, que provoca el hambre. Mientras menos se duerme más bajos son los niveles de leptina, y más altos los de grelina. “Muchas personas creen tener hambre, cuando en realidad tienen sueño”, dice. “En vez de comer unas galletitas, necesitan cerrar los ojos un rato”.
Ponele picante
Tailandia
La comida picante acelera el metabolismo y quema calorías. Según James Hill, ex presidente de la Sociedad Estadounidense de Nutrición, también reduce la velocidad a la que comemos. “Por lo general, comemos muy rápido”, dice. “Cuando el organismo envía la señal de saciedad, ya hemos ingerido de más. Disminuir la velocidad a la que comemos sirve para bajar de peso, y agregar picante a la comida es una forma de hacerlo”.
Evitá “agrandar” el menú
Reino Unido
Si vos vas a un establecimiento de comida rápida en Londres, no le preguntes si querés “agrandar” el menú; esta opción estadounidense dejó de ser común en el Reino Unido. Los británicos siguen prefiriendo porciones más chicas, algo que puede ser un vestigio de la frugalidad inculcada por el racionamiento de la Segunda Guerra Mundial, dice Simon Hartley, editor ejecutivo de la versión británica de Reader’s Digest. Los nutricionistas dicen que agrandar un menú nos agranda a nosotros, y eso no es raro: una hamburguesa doble con queso, una porción grande de papas fritas y una gaseosa cola de 946 mililitros aportan alrededor 1.550 calorías y 67 gramos de grasa.
Sentate y conversá
Francia
Los franceses son los reyes de las comidas familiares sin apuros. “La percepción de la comida es completamente distinta en Europa”, dice el doctor Fred Pescatore, autor de La dieta de los Hampton. “Para ellos, comer es el evento del día. Para nosotros, es algo que hacemos antes de salir a hacer otra cosa”. Las comidas largas fomentan comer menos. “Lo que sucede es que al enfrascarse en una conversación, uno come más lentamente”, explica el doctor Pescatore. “Por lo general pasan 20 minutos desde el momento en que uno está satisfecho para que su cerebro se dé cuenta de eso, así que, al tardar más tiempo, usted terminará comiendo menos”.
Practicá caminata nórdica
Finlandia
Se trata de una de las actividades al aire libre preferidas de los finlandeses. No es tan exótica como parece: todo lo que necesita es un par de bastones livianos para caminar, que lo ayudarán a tener equilibrio. La mejor parte es que, como le hacen usar los músculos de los hombros, los brazos y el tronco, los bastones transforman la caminata en un ejercicio corporal completo que quema un 20 por ciento más calorías, según un estudio del Instituto Cooper, en Dallas. En el verano o el invierno, es una manera sencilla de obtener un mayor beneficio reductor de grasa que al caminar normalmente.
Comé más arenque
Países Bajos
Los holandeses comen unos 85 millones de estos peces por año… crudos. Los preparan en forma de encurtido y luego los sirven sin adornos como bocaditos o sobre bollos suaves con cebolla y pepinos. Los peces aceitosos, como el arenque, son buenos para combatir la grasa, dice el doctor Fred Pescatore, presidente de las Asociaciones Internacional y Estadounidense de Nutricionistas Clínicos. Contienen muchos ácidos grasos omega 3, que reducen los niveles de cortisol e insulina (lo cual se traduce en un menor depósito de grasa alrededor de la cintura). Es más, comer arenque (o sardinas enlatadas, que son más fáciles de conseguir) le garantiza ingerir muchas menos calorías que comer croquetas de pescado. Eso sí, no se olvide de las pastillas de menta después.