¡Una epidemia que se expande entre nuestros hijos!
• El último fin de semana de abril de 2008, pasadas las cuatro de la madrugada, cinco amigos volvían de una fiesta a bordo de un Ford K gris. El auto iba a gran velocidad y, de repente, en la intersección de Pierrastegui y Cartagena, en el partido de Morón, Buenos Aires, el conductor, de 18 años, perdió el control del vehículo, volcó y se incrustó contra una columna de alumbrado. Los jóvenes salieron despedidos del auto, y dos de las chicas, de 17 y 18 años, murieron. Nadie estaba usando el cinturón de seguridad.
• En septiembre, tres adolescentes, todos de 17 años, fallecieron cuando la camioneta Toyota en la que viajaban por la ruta Panamericana chocó contra el guardrail, se partió en dos mitades —por la violencia del impacto— y una de ellas cayó al vacío desde un puente sobre la calle Otto Krause, a la altura de la localidad bonaerense de Pablo Nogués. Hacía poco tiempo, el conductor había obtenido su licencia.
Estos dos hechos no son aislados si se toma como referencia que semana tras semana los medios de comunicación reflejan cómo se engrosa la lista de personas fallecidas por accidentes de tránsito, en especial la de los jóvenes, y cómo las autoridades no saben qué hacer o no pueden evitar este fenómeno. La principal causa de muerte de jóvenes entre 15 y 19 años no es el sida, ni el cáncer, ni tampoco otras enfermedades, sino los accidentes de tránsito.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), por año, más de 400 mil jóvenes menores de 25 años mueren a causa de estos accidentes, cifra que constituye un tercio del total de fallecidos de todas las edades.
Los números parecen no cambiar pese al paso del tiempo: si bien hay mayor concientización sobre las causas de los accidentes, más campañas en favor del uso del cinturón de seguridad y mayores controles de alcoholemia, la cifra de muertos sigue siendo elevada.
El caso de la Argentina es una muestra. En el segundo semestre de 2007, de un total de 1.959 víctimas fatales en accidentes de tránsito, unas 509 fueron jóvenes entre 15 y 24 años, de acuerdo con información que suministra el Registro Nacional de Accidentes de Tránsito (www.renat.gov.ar).
La lamentable cantidad de muertes de jóvenes en accidentes de tránsito se debe principalmente a la combinación de varios factores: la?inmadurez emocional, los comportamientos riesgosos y la falta de experiencia en la conducción.
Lejos de considerarlas inevitables o como parte de la inexperiencia adolescente, varios especialistas brindan tres consejos que podrían prevenir accidentes y salvar muchas vidas.
1. EDUQUE A SUS HIJOS
Una de las causas para explicar el mal desempeño de los adolescentes al volante tiene relación con el funcionamiento de su cerebro. Un estudio del Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos concluyó que la región del cerebro que inhibe el comportamiento riesgoso de una persona no se desarrolla de manera completa hasta los 25 años, por lo que antes de esa edad una persona no se encuentra completamente apta para tomar las decisiones más acertadas con relación al manejo.
“La adolescencia produce modificaciones corporales y psíquicas, y genera cambios evolutivos que, en muchas ocasiones, los chicos no pueden controlar”, afirma el doctor Xavier Bocca, asesor de Luchemos por la Vida.
“Además, el adolescente tiene conductas en las que muestra fascinación por la muerte y un gran componente de ansiedad que lo lleva a querer hacer todo más rápido, a utilizar el camino más corto, y a no esperar, por ejemplo, cuando hay una barrera baja o un semáforo en rojo”, agrega la psicóloga María Teresa Murillo, vicepresidenta de la Comisión Organizadora de la primera Jornada de Accidentología de Tránsito, en un informe del Centro de Experimentación y Seguridad Vial (Cesvi).
Por otra parte, en un reciente estudio realizado en los Estados Unidos, investigadores analizaron a 5.600 adolescentes y encontraron grandes falencias en su conocimiento sobre la conducción. Uno de los principales problemas es que ciertas conductas peligrosas en el manejo no son tomadas como tales: sólo el 28 por ciento aseguró que usar el celular al conducir es riesgoso, y el 10 por ciento afirmó lo mismo con respecto de llevar otros pasajeros en el auto (según los especialistas, ambas conductas representan grandes distracciones); sólo la mitad de los encuestados citó el exceso de velocidad y la no utilización del cinturón de seguridad como factores de riesgo.
Aun cuando los jóvenes advierten cuál debe ser el comportamiento adecuado —por ejemplo, el 87 por ciento admitió que beber alcohol y conducir es peligroso— no sienten que eso sea un problema que los involucre. Así, al menos, lo sugiere este dato: el 16 por ciento de los jóvenes admitió haber manejado después de beber, sin embargo, las estadísticas demostraron que el 25 por ciento de conductores jóvenes fallecidos en accidentes de tránsito habían bebido alcohol previamente.
El mensaje para los padres: comuníquele de manera clara y precisa a sus hijos sobre los peligros del manejo. Nunca nadie se convirtió en buen conductor a los 17 años.
2. EXIJA LEYES MÁS RIGUROSAS
En la actualidad, la obtención de la licencia de conducir no es tarea difícil en la Argentina. Según un informe del Cesvi, en el que se evaluaron municipios de la provincia de Buenos Aires, el 80 por ciento de las comunas no cumple siquiera con el 50 por ciento de los requisitos que la ley exige para obtener la licencia de conducir. Además, se comprobó que los exámenes tanto teóricos como prácticos tienen un nivel de conocimiento elemental.
“Los pruebas son el gran problema en las evaluaciones para sacar el registro: en muchos municipios, la licencia se parece más a un trámite administrativo cuando, en realidad, debería ser un filtro que detecte el nivel de madurez del aspirante a conductor, tal como sucede en España, donde se implementa una batería de tests psicológicos que evalúan las distintas conductas y habilidades del candidato”, afirma Gustavo Brambati, subgerente de Seguridad Vial de Cesvi.
A tono con Brambati, María Cristina Isoba, directora de Investigaciones y Educación Vial de Luchemos por la Vida, establece que estos exámenes deberían profundizarse y ser rigurosos: “Presentamos una propuesta que incluye 100 ítems a evaluar para que los jóvenes no queden al libre criterio de quien toma el examen práctico”.
La propuesta de Luchemos por la Vida establece que el registro de conducir se pueda obtener a partir de los 17 años, pero que el joven de esa edad no pueda manejar durante la noche por autopistas salvo que esté acompañado por un adulto. Una vez adquirida la experiencia suficiente, se le otorga la licencia completa en un plazo que puede ir desde los seis meses hasta los dos años.
Lejos de sonar rigurosa, la propuesta tiene mucho sentido, si se toma como comparación el caso del estado de Georgia, en los Estados Unidos, donde una ley para automovilistas recién graduados redujo en los últimos cinco años los accidentes fatales en un 37 por ciento y casi a la mitad los choques vinculados al exceso de velocidad en el que participan jóvenes.
Además la norma impone fuertes penas por exceso de velocidad, manejo riesgoso, y otras faltas.
3. ANTE TODO, FIRMEZA
Es clave el papel de los padres para bajar la alta tasa de accidentes fatales en el tránsito. “Los padres conocen mejor que nadie a sus hijos, ellos saben si están o no en condiciones de manejar”, comenta Brambati.
Asegurarse de que usen el cinturón de seguridad es el detalle más simple y establecer las propias reglas familiares de manejo es otra buena opción: fijarles a sus hijos un límite de conducción durante la noche, no permitirles llevar más de un pasajero (está comprobado que el riesgo aumenta con cada pasajero adicional) y prohibirles el uso del celular dentro del auto.
Son innumerables las historias de familias destruidas a causa de una mala maniobra, una distracción típica de la edad o negligencia. Por eso, cada vez que un padre le dice a su hijo: ‘no arranques el auto sin el cinturón puesto, está salvándole la vida”.
¿Cómo es en tu casa la comunicación entre padres e hijos respecto a la responsabilidad para manejar un auto? Contalo aquí