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Replanificación de una capital

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Tras autoproclamarse emperador, Napoleón contrató a Haussmann, prefecto del Departamento del Sena, para que reforzara el prestigio de París.

Replanificación de una capital

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El cólera y los asesinatos no eran infrecuentes en las superpobladas y sórdidas calles de París a mediados del siglo XIX. Durante su exilio en Inglaterra de 1838 a 1840, el futuro emperador Napoleón III admiró los espaciosos parques londinenses, «pulmones verdes» de la ciudad. Estos parques contrastaban notablemente con la congestión de la capital francesa. Tras autoproclamarse emperador, en 1852, Napoleón contrató a Georges Eugène Haussmann, prefecto del Departamento del Sena, para que reforzara el prestigio de París.

Exuberancia y desahucios

Haussmann empezó por demoler 20,000 casas para sustituirlas por amplios bulevares y plazas ajardinadas, donde la gente pudiera pasear y relajarse. Abrió al público el Bois de Boulogne y el Bois de Vincennes y creó nuevos parques. Construyó además nuevos edificios públicos, como el mercado de Les Halles, el Palais Garnier (que actualmente alberga la Ópera de París) y la Biblioteca Nacional. Haussmann se proponía crear una grandiosa metrópoli, repleta de tiendas e iluminada con gas.

Mientras los prósperos ciudadanos de París disfrutaban de su nueva capital, los pobres sufrían todo tipo de penalidades. Fueron expeditivamente desahuciados de sus viviendas sin recibir ninguna compensación a cambio. Un chiste gráfico de la época mostraba a un hombre junto a un montón de basura, diciendo: «Pero si yo vivo aquí y ni siquiera consigo encontrar a mi mujer». Pese a todo, las obras de remodelación siguieron su curso imparable. París se convirtió en un brillante escaparate del régimen imperial. En un plazo de 20 años, Napoleón y Haussmann habían levantado una nueva ciudad.

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