En una cubierta abovedada de 80 toneladas de hierro fundido, se construyó el primer túnel del mundo bajo el agua, bajo el río Támesis.
Protegidos por una cubierta abovedada de 80 toneladas de hierro fundido, los trabajadores, a pecho descubierto, progresaban centímetro a centímetro en el curso de las obras del primer túnel bajo el agua construido en el mundo, bajo el río Támesis, al este de Londres. La cubierta, que soportaba el lecho arcilloso del río, había sido diseñada por el ingeniero principal del túnel, Marc Isambard Brunel, con el fin de proteger a sus hombres de las inundaciones.
Un trabajo duro y peligroso
Fue esta cubierta la que hizo que Brunel -ayudado por su hijo Isambard Kingdom Brunel- ganase el concurso convocado para construir el túnel. Las obras comenzaron en marzo de 1825, con redoble de campanas y discursos pronunciados ante unos 200 invitados. El túnel fue realizado por peones provistos de picos, palas y pólvora, usada ya para perforar la roca en la construcción de los túneles del ferrocarril que empezaban a jalonar el país.
Entre tanto, la noticia de la construcción de un túnel bajo el agua de 405 m de longitud se propagó por todo el mundo. El túnel se convirtió en lugar de obligada visita para los dignatarios extranjeros, y los dirigentes de la sociedad organizaban excursiones con sus amigos. El túnel se abrió el 25 de marzo de 1843; unas 50.000 personas pasaron por él durante las primeras 24 horas. Cuatro meses más tarde, la Reina Victoria y el príncipe Alberto visitaron el lugar, y un vendedor de recuerdos alfombró el suelo con todas sus provisiones de pañuelos de seda en honor de los reales visitantes.