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El cerebro

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Datos interesantes sobre un órgano vital.

¿Por qué suele describirse al cerebro como materia gris?

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Si pudiera usted unirse a un equipo de cirujanos para realizar una operación del cerebro, los vería hacer una trepanación en el cráneo y después, con ayuda de una sierra potente, retirar una parte del hueso.

A través de esa abertura, quizá usted esperaría ver de inmediato el cerebro; pero lo primero que vería sería lo que se llama duramadre, la dura capa externa, parecida al cuero, de las meninges, las tres fuertes membranas que cubren y protegen el cerebro y la médula espinal.

Luego, cuando el cirujano cortara la duramadre, cauterizaría los vasos sanguíneos y retiraría la membrana dural, y entonces podría ver una brillante sustancia gris y blanca que late con suavidad. Esta capa externa del cerebro se conoce como corteza, término aplicado también a la capa externa de otros órganos, como los riñones y las glándulas suprarrenales. Allí, el cerebro mide 3 mm de espesor y contiene millones de células nerviosas dispuestas en seis capas. La corteza es el sitio que controla las funciones más complejas, la zona vinculada con el pensamiento, las sensaciones y el movimiento.

Entre la enorme variedad de términos técnicos empleados en diagramas detallados de la estructura del cerebro -cuerpo calloso, surcos, circunvoluciones, ganglios, entre otros- encontraría que la corteza es llamada, incluso en estudios especializados, materia gris. Debajo de la materia gris de la corteza yace la materia blanca: haces de finas fibras nerviosas que se proyectan como colas. Estos haces unen entre sí varias zonas de materia gris y centros nerviosos distribuidos por todas partes del encéfalo.

¿Por qué el cerebro necesita oxígeno?

La gente que conoce de primeros auxilios sabe que si se suspende la respiración, es vital restaurarla rápidamente. Suele suceder que cuando alguien es salvado de sofocarse, por ejemplo, si no respira de inmediato, aun cuando sobreviva sufrirá daños cerebrales irreversibles. De todos los órganos del cuerpo, el cerebro no puede sobrevivir normalmente por más de cuatro o cinco minutos sin el oxígeno que le proporciona la sangre.

Otros órganos no son tan delicados. Hoy, lo que ya es una operación bastante común, los microcirujanos reimplantan dedos de las manos y extremidades que han sido cortados unas horas antes, a condición de que la parte afectada se conserve en buenas condiciones -suele protegerse con plástico y guardarse en hielo para lograrlo- para que pueda recobrar su función.

Sin embargo, el cerebro está formado por millones de células en constante actividad, no importa si estamos dormidos o despiertos. Un glóbulo rojo contiene 350 millones de moléculas de hemoglobina, cada una de las cuales transporta cuatro moléculas de oxígeno. El oxígeno ayuda a proporcionar energía para las reacciones químicas de todas las células vivas. Si a las siempre activas neuronas se les priva de oxígeno, perecen. Como están enlazadas e interactúan, cuando unas células mueren, otras pronto lo harán.

Hasta fechas recientes, los médicos creían que la falta de oxígeno durante unos minutos causaría, inevitablemente, daños irreparables al cerebro. Una serie de casos curiosos en que nadadores se salvaron de morir ahogados después de estar en muerte aparente por una media hora o más, fue la causa de que los especialistas revisaran dicha teoría.

La mayoría de esos casos sucedió en aguas muy frías. Los neurocirujanos saben que el frío estimula una acción refleja que detiene el metabolismo del cuerpo. Por esta razón, en algunas operaciones se reduce a propósito la temperatura corporal. En el caso de los nadadores, el agua fría en la cara desencadenó el reflejo de los mamíferos, como se le conoce. Su metabolismo se redujo, de manera que el cerebro y otros órganos vitales necesitaron menos oxígeno.

Como los especialistas han observado, en situaciones extremas el cerebro comienza a languidecer. Cuando esto ocurre, zonas del cuerpo como las piernas ceden su oxígeno para que sea usado donde es necesario. Los salvavidas deberían tomar en cuenta que cuando el rostro de la víctima sale del agua, el reflejo descrito se suspende. Por ello, es vital iniciar la resucitación sin pérdida de tiempo.

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