Hay masas de aire frías o calientes, húmedas o secas, que cruzan mares y tierras.
Cambios permanentes
El aire de las capas inferiores de la atmósfera está siempre en movimiento. Hay masas de aire frías o calientes, húmedas o secas, que cruzan mares y tierras provocando a su paso cambios de las condiciones del tiempo. Los cambios más acentuados se producen al largo de los frentes, que son los límites entre las masas de aire. Cuando el aire caliente sustituye al frío, el límite denomina frente cálido. Un frente frío es el flanco de ataque de una masa de aire frío. El paso de un frente suele ir acompañado de nubes y precipitaciones.
También varía la presión atmosférica. Las altas presiones producen una especie de montaña de aire frío y pesado. A medida que desciende y sale espiral por el centro, el aire se vuelve más cálido. Las nubes se dispersan mientras duran las altas presiones e impera el buen tiempo.
Las bajas presiones, por el contrario, producen un tiempo nuboso y a veces tormentoso. El aire caliente asciende en espiral por el centro de la zona de baja presión; al elevarse se expande y se enfría, lo que determina que la humedad se condense y a menudo se produzcan precipitaciones.
Hay otros muchos factores que alteran la circulación del aire y provocan cambios del tiempo. Las nubes pequeñas aisladas pueden agruparse y estropear un día de campo, o dispersarse arrastradas por el viento y transformar un día nublado en uno soleado.
¿Cómo predicen el tiempo los meteorólogos?
Siempre se ha escudriñado el cielo para tratar de adivinar el tiempo que va a hacer. Los campesinos y los marineros han aprendido en el curso de los siglos a leer en las nubes y en los vientos si el tiempo será bueno o malo. Hoy confiamos en las predicciones de meteorólogos profesionales, producto de un esfuerzo internacional. Hay millares de estaciones meteorológicas en todo el mundo, tanto en tierra como en el mar, en las que se registran las condiciones del tiempo por lo menos cuatro veces al día. Se miden fenómenos tales como la presión y la temperatura del aire, velocidad del viento, nubosidad y volumen de las precipitaciones. En otros lugares se efectúan observaciones de capas más altas de la atmósfera por medio de globos, y hay satélites que envían continuamente datos y fotografías a la Tierra.
Toda esta información se transmite a las oficinas meteorológicas de cada país, donde se vierten en mapas y estadísticas que son analizadas por los meteorólogos. Sus resultados son enviados a los periódicos y a las emisoras de radio y televisión, desde donde se facilitan las previsiones al público. En la difusión de datos meteorológicos es fundamental la velocidad de transmisión, ya que los meteorólogos deben anticipar lo antes posible la llegada de huracanes y tornados, inundaciones y heladas.