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Vida en la montaña

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En todas las montañas, la vegetación varía con la altura.

Vida en la montaña

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¿Por qué están estratificadas las montañas?

En todas las montañas, ya se levanten sobre los verdes valles de Europa, como el Monte Cervino, o sobre las secas mesetas de África, como el Kilimanjaro, la vegetación varía con la altura y forma diversos estratos ecológicos llamados zonas de vida que tienen una flora y una fauna características, aunque a menudo los animales se desplazan de una zona a otra. El tipo de especies que viven en una zona determinada depende del terreno, de los vientos dominantes, de la lluvia y especialmente de la temperatura. Por cada 300 metros de elevación, la temperatura desciende 2 °C, como promedio, ya que en las zonas tropicales, por ejemplo, baja en menor proporción.

En las cordilleras de los diferentes continentes, las zonas de vida muestran un notable paralelismo. En muchas partes de Europa y América del Norte, por ejemplo, la zona más baja es un bosque mixto de árboles de hoja ancha y coníferas que a menudo se une en valles y mesetas con praderas altas y campos abiertos. Este es el refugio de invierno de animales ungulados como el ciervo y el alce que en verano habitan en los bosques de hoja perenne de alturas más elevadas. Los niveles boscosos son también el hogar de otros animales más pequeños: conejos, liebres, ardillas y puerco espines; y de sus predadores los zorros, coyotes, linces y comadrejas. Por encima del límite forestal viven animales ungulados y de pisada firme, como las cabras blancas de las Montañas Rocosas, el íbice europeo y la gamuza; también las escarpadas laderas se animan con las peludas marmotas.

¿Qué árboles crecen en cada nivel?

En las regiones templadas, las partes bajas de las laderas orientadas hacia el viento suelen recibir lluvias abundantes y allí el bosque está formado por árboles de hoja ancha que necesitan humedad, como arces, hayas, olmos y robles, además de algunos pinabetes y otras coníferas similares. En la zona siguiente, más elevada y fría, dominan las coníferas del tipo de las piceas, abetos y pinos que crecen altos y rectos; las especies más representativas son la picea de Engelman, el abeto prócer y el pino real americano. A medida que se asciende, los árboles se van haciendo más pequeños hasta que cerca del límite forestal solo se encuentran aferrados al terreno algunas coníferas y sauces achaparrados. Este es el hábitat de los seres vivos más viejos de la tierra: los nudosos y retorcidos pinos de conos erizados (Pinus aristata) del oeste norteamericano, algunos de los cuales se acercan a los 5.000 años de antigüedad.

En las zonas tropicales, las partes bajas de las montañas están cubiertas de densas selvas que en el Nuevo Mundo congregan en poco espacio docenas de especies de árboles altos y voluminosos con contrafuertes en los troncos. Donde la niebla cubre la zona, la selva lluviosa se transforma en una selva neblinosa de árboles retorcidos y muy ramificados envueltos en plantas epífitas como las orquídeas y el musgo. En las vertientes elevadas de Borneo y Nueva Guinea, los pinos y las magnolias del norte se mezclan con coníferas meridionales como el podocarpo; en cambio los bosques de montaña de Australia están dominados por los eucaliptos. En todas estas regiones, los helechos arbóreos y los bosquecillos de bambúes contribuyen a la exuberancia del paisaje tropical.

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