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¿Una colonia perdida? 2 parte de 3

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Duró menos de 3 años, pero dejó algunas pistas fascinantes.

Retorno tardío

Las cosas no salieron como las planeó del gobernador John White y los seis u ocho meses se convirtieron en tres años. Apenas en marzo de 1590 pudo sir Walter Raleigh embarcar al gobernador en el buque Hopewell, con provisiones y cuatro embarcaciones menores para los colonos varados.

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Así, el 17 de agosto de 1590, a casi exactamente tres años de partir, White retornó a Roanoke. El Hopewell y su embarcación gemela Moonlight anclaron en la isla que separaba la sonda Albemarle del océano Atlántico y enviaron a la playa dos botes. El primero, que salió desde el Moonlight, chocó contra la escarpada costa y sus tripulantes se ahogaron, justo antes de que White encontrara el asentamiento desierto.

¿Dónde estaban los colonos de 1587? Había una pista: dos señales similares. En un árbol a la entrada de la cerca que rodeaba el asentamiento estaba tallada la palabra Croatoan. En otro árbol del camino que conducía al amarradero estaban las letras Cro, seguramente una abreviatura de la primera.

Ciertamente, los colonos acordaron dejar una señal en un lugar visible si por algún motivo debían abandonar Roanoke y dirigirse a otro lugar. Si corrían peligro, agregarían una cruz a la señal. Como no había cruces en ambas señales, era de suponer que el grupo se fue voluntariamente a Croatoan, una isla 90 km al sur, habitada por indios amistosos. White quiso navegar hacia allá inmediatamente. Pero el clima empeoró y el Hopewell perdió su ancla, navegando a la deriva hacia el mar. Con este peligro, el corto viaje a Croatoan nunca se hizo y los dos barcos retornaron a Inglaterra. White estaba de vuelta en Plymouth el 24 de octubre.

Ninguno de los 117 hombres, mujeres y niños que llegaron a la isla Roanoke en 1587 fue visto otra vez. En los libros de Historia el grupo aparece como «La colonia perdida». ¿Qué ocurrió con ellos?

¿Asesinados por españoles?

En 1586, el famoso bucanero inglés sir Francis Drake saqueó San Agustín, en Florida, y se dirigió al norte, bordeando la costa, en su regreso a casa. El gobernador español de Florida, Pedro Menéndez Márquez, recibió rumores de que los ingleses construían un fuerte, tal vez colonia, en el norte. Esto permitiría a la flota inglesa permanecer en el Nuevo Mundo durante los meses de invierno. Hasta ese momento, los españoles podían contar con que el clima detuviera a los temibles piratas, obligados a volver a casa al final del verano.

Lo que Menéndez no sabía era que Drake sencillamente se detuvo en Virginia ese año y recogió de Roanoke a los atrapados colonos de Grenville. Aparentemente, el español tampoco sabía de la segunda colonia que White había dejado en Roanoke en 1587. Pero estaba resuelto a saber las intenciones de los ingleses y en junio de 1588 envió un barco pequeño hacia el norte, comandado por Vicente González.

Los españoles buscaron en la bahía Chesapeake sin encontrar rastros de los ingleses, pero a su regreso hacia el sur se toparon con Roanoke. Ahí encontraron un embarcadero y algunos barriles, pero no vieron fuertes ni colonos. González regresó con esta información a La Habana, donde Menéndez Márquez recibió por otros medios la noticia de la colonia en Roanoke: tenía órdenes del rey de España de destruirla a la primera oportunidad.

La oportunidad nunca llegó. Los bucaneros ingleses atacaron tan implacablemente a los españoles, que se necesitaba de todo buque para proteger a las flotas que llevaban oro y plata hacia Europa. Concentrada en proteger las bases al sur, España llegó a pensar en ceder la colonia de Florida. Así, se puede decir con seguridad que, si White nunca encontró su colonia, los españoles no causaron su desaparición.

Leé la tercera parte de la historia.

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