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Las 7 Maravillas no están en pausa: qué sucede mientras estamos en confinamiento

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Estas mini historias, describen la situación en cada una de las 7 Maravillas Naturales Argentinas, mientras la población se encuentra en confinamiento.

Mientras el mundo se concentra en derrotar al coronavirus, las bellezas naturales argentinas se muestran inspiradoras.

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Brindis de vino por el agua pura

El otoño, con la época de las aguas bajas, comienza a tomar cuerpo en el río Mina Clavero. En el cielo, las estrellas siempre presentes para el disfrute de la calma. Los varios pasos para moverse hacia Traslasierra se encuentran cerrados, sin embargo el río Mina Clavero sigue cayendo libre desde esas mismas sierras hacia su destino de llanura mediterrá.


El regreso de los “propietarios” 

En toda la Selva Misionera, la menor presencia humana ha llevado a que numerosos animales se animen a presentarse en ámbitos urbanos o donde habitualmente no se los ve. En Oberá, por ejemplo, un grupo muy animado de coatíes decidió dar una vuelta por sus calles en busca de alimentos. Otro tanto tuvo lugar cuando, al menos un puma, según los vecinos, dio sus rondas varios días con el mismo objetivo.


Sus majestades prehistóricas 

A los vuelos suspendidos y los accesos terrestres a El Calafate vedados, se suma el cierre de los parques nacionales para todo visitante. ¿Resultado? Las enormes masas de hielo del PN Los Glaciares y del glaciar Perito Moreno adquieren, otra vez, la majestad y el misterio que los vistió no solo en eras prehistóricas, sino hasta apenas unos 100 años. Únicamente los guardaparques pueden divisar este remake de un paisaje ajeno a nuestros tiempos.


Donde el tiempo volvió a detenerse 

La llama de sal que recibe a los turistas en Salinas Grandes, Jujuy, ya se había acostumbrado a las fotos de los turistas, esos mismos que después se retratan jugando con las ilusiones ópticas que permite el salar. Sin embargo, la belleza de la soledad extrema retomada es parte del ADN de esta maravilla natural argentina.


Balcón cerrado 

No, los dinosuarios no volverán porque los humanos dejemos de hacer barullo en el PN Talampaya. Lo que impera es la calma del viento que lentamente erosiona no solo esas figuras arquetípicas en las que vemos seres extraños, como el caso del célebre “Tótem”, sino las huellas de la bicicletas y vehículos que se mueven en tiempos normales para llevar a los visitantes a este verdadero balcón privilegiado hacia otras eras geológicas que es Talampaya.


Ni nahuelito ni chocolate 

El nahuelito, respetuoso con el distanciamiento social, al igual que los duendes, no sale a mostrarse en estos días. No obstante, mientras los embarcaderos, muelles, playas y bosques están vacíos de turistas, el otoño en el PN Nahuel Huapi es un hervidero de actividad preparatoria: animales y plantas se preparan para los días cortos, fríos y con nieve del invierno que se anuncia. Por su parte, en las ciudades de Bariloche y Villa La Angostura, el chocolate hiberna por adelantado, hasta que la actividad humana retorne.


Leyenda que se toma vacaciones

La “corzuela blanca” está de vacaciones estas semanas. Ser mitológico, se la considera la madre de los «bambi», las crías del ciervo de los pantanos, que habitan el Bañado La Estrella. El mito asevera que se le aparece a los cazadores abusivos, y a todo aquel que intenta dañar la naturaleza. En estos días nadie molesta a los ciervos, así que está sin trabajo. Mientras, el poblado más cercano da razón a su nombre: en Fortín La Soledad el ecoturismo entró en pausa y los baqueanos observan cómo la exhuberancia del tercer humedal más importante de Sudamérica sigue su vida llena  de ciclos de agua.

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